Buenos chicos
Cal en los tacos ·
Es irónico el fútbol, que la mayoría de las veces rapta a los chiquillos de las escuelas pero luego les exige capacidad para digerir la famaNo deja de ser algo emocionante que nuevos futbolistas jóvenes emerjan con estruendo en el tablero del fútbol, esa montaña rusa que no entiende de ... generaciones y en la que nadie tiene el puesto asegurado. Ansu Fati, Rodrygo y Take Kubo son algunos de los últimos. Tienen algo en común además de su vocación ofensiva y desequilibrante: de los tres se dice que son buenos chicos. Familiares, prudentes y con los pies en la tierra pese al éxito precoz.
José Antonio Camacho dijo hace tiempo que los canteranos debían «tirar la puerta del vestuario abajo». Que no bastaba con tocar. Últimamente, en cambio, parece que se premie precisamente la moderación en la irrupción. Que los chicos la rompan, pero no muy fuerte. Que tengan personalidad, pero sin ofender a los veteranos. Que aún huelan a leche, perfectos votantes de centro. Que, como Rodrygo, agradezcan quedarse en el banquillo sin minutos tras convertirse en el jugador más joven en convertir el 'hat-trick perfecto' en Champions: con la izquierda, con la cabeza y con la derecha. Imagino que haber metido el cuarto con el culo habría implicado una mancha.
Hoy en día cualquier declaración está tan cocinada que hasta los debutantes de 18 años anteponen el equipo a la individualidad. Por eso me gustó que Kubo, con un perfecto castellano como de telenovela mexicana, no pretendiera esquivar las preguntas pospartido relativas a su actuación para terminar admitiendo que no se calificaría con un 10 pese a su golazo, el primero en la Liga, por haber «fallado algunos pases», pero que sí se pondría «un 9». Es decir, que había bordeado la perfección pero que podía haberla alcanzado fácil. Al natural.
Es irónico el fútbol, que la mayoría de las veces rapta a los chiquillos de las escuelas pero luego les exige capacidad para digerir la fama. Que sean buenos chicos. Que no se flipen. Hay quien ya tilda a Vinicius de juguete roto.
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