El Granada cae goleado en su primer test ante el Valladolid

Bien plantado el Granada inicialmente sobre un 4-3-3 claro, el recién llegado Luis Milla ejerció de eje del equipo en el primer acto. El madrileño anduvo muy comunicativo con sus nuevos compañeros, refiriéndose por su nombre de pila incluso a los contrarios. Le apoyaron a los lados Ángel Montoro a la izquierda, y algo más adelantado, y Ramón Azeez a la derecha. Diego Martinez apostó por su vieja guardia defensiva, con Rui Silva en meta y Víctor Díaz, Domingos, Germán y Carlos Neva en la defensa. Arriba, Antoñín y Fede Vico ocuparon las bandas a pierna cambiada y Roberto Soldado la punta del ataque.

Los primeros minutos del estreno amistoso del EuroGranada llevaron el nombre de Antoñín. El malagueño, crecido por su inesperada llamada con la Selección Española sub-21, se atrevió desde el primer minuto con regates que, con más o menos finura pero con mucha electricidad, le salían. Fue el primero en probar los guantes de Masip al par de minutos y por su costado, el izquierdo, volcó el Granada el juego en los primeros compases. Generoso en el esfuerzo, fue recompensado con aplausos del cuerpo técnico de Diego Martínez y recibió el apoyo a la caída de Soldado, que puso mucho empeño en asociarse con él.

El Valladolid trató de contener en la primera media hora los intentos de un Granada más fino, muy ágil en alguna triangulación en el centro del campo. Apenas se estiró con un contragolpe que finalizó en un centro del lateral Luis Pérez desde línea de fondo, con Orellana desaparecido en el otro costado. Domingos y Soldado intentaron sendos remates de cabeza que se marcharon muy altos sobre la portería de Masip. En la banda, Diego Martínez exigía «más ritmo» y que corriese el balón.

Arreció el viento a la media hora, bajo un sol cada vez más tenue. El partido, que había entrado en una fase de mucho control por uno y otro equipo, con más querencia por el balón de los rojiblancos de negro, sólo se animaba cuando el balón caía en botas de Antoñín, especialmente afilado y siempre listo para el 'dribbling', por más que sus centros no acompañaran su intención.

El Valladolid trató de estirarse tras la primera pausa para hidratación con un centro de Nacho que despejó bien Germán al que respondió otro de Carlos Neva en una transición, a punto de ser introducido en su propia portería por Javi Sánchez. El lateral gaditano intentó un disparo a portería unos minutos después tras ver que los defensores pucelanos le dejaban avanzar, pero su intento desde fuera del área fue obstaculizado a tiempo. A esa acción siguió una posesión prolongada del Valladolid que desoxidó los automatismos defensivos del equipo, para delicia de Diego Martínez. Se concedió una falta por mano de Neva en la frontal que Hervías envió alta.

El partido se aceleró a cinco minutos del descanso tras la ocasión más clara del primer tiempo para el Granada, cuando una llegada al contragolpe de Soldado por la derecha acabó con el pase atrás de Fede Vico, que pidió falta de espaldas a meta, y el disparo desviado de Carlos Neva, sin demasiada fe. El lateral no acertó a definir en otra ocasión en la que llegó muy arriba por su costado zurdo. Respondió un gran remate de Miguel Rubio, canterano pucelano, en un saque de esquina de Hervías. Otra llegada de Nacho por la izquierda fue abortada con mucha concentración por Luis Milla. El Valladolid concluyó mejor el primer acto, una advertencia de lo que estaba por llegar.

Diego Martínez introdujo tras la pausa a Foulquier en el lateral derecho, Brunet en el centro del campo por Montoro haciendo de pivote y Antonio Puertas como referencia por Soldado, con Antoñín y Vico cambiando sus perfiles. El Valladolid, por su parte, cambió a todo el equipo excepto al portero Masip, dando entrada a Moyano, Luismi, Alcaraz, Carnero, Míchel, Anuar, Óscar Plano, Toni Villa, Waldo y Sekou. Emergió de nuevo un Granada con mayor dominio, aunque el partido seguía condicionado por el viento, que fue a más.

Sin embargo, fue el Valladolid el que se adelantó en el marcador a los siete minutos de la reanudación. Un balón en largo de Rubén Alcaraz desde la zaga sin aparente peligro se convirtió en una trampa para Rui Silva que salió falto de confianza ante la pugna que mantenía Domingos con Sekou. El ariete africano ganó el rechace y, con la única oposición del luso, abrió el marcador. Intentó responder el Granada, que siguió mandando con balón, con un remate de cabeza de Puertas al segundo palo que no encontró portería. Antoñín pasó a jugar de '9'.

Cinco minutos después, el Valladolid reabrió la brecha. Una acción en banda izquierda de Waldo acabó con el balón en pies de Toni Villa, que sorprendió a Rui Silva por su palo. Pudo hacer más el luso, aunque no tuvo la mejor visión para adivinar la trayectoria del disparo. Rozó el tanto el Granada en una peinada de Domingos a centro a balón parado de Milla, pero un defensor desvió a saque de esquina.

Tras el segundo gol del Valladolid, Diego Martínez siguió el carrusel de cambios: se fueron Carlos Neva, Germán, Luis Milla y Fede Vico y entraron Vallejo, Álex Martínez, Isma Ruiz y Aranda. Aunque los de negro siguieron gozando de mayor posesión, sus acciones se fueron contagiando de imprecisión, unida a cierta desesperación por el devenir del partido. Antonio Puertas pudo recortar distancias tras un error en salida del meta Samuel Pérez, que reemplazó a Masip, pero su disparo con la izquierda desde la frontal se fue a la base del poste.

Tomó cierta jerarquía en el centro del campo Juan Brunet, recién firmado para el Recreativo procedente del filial del Lugo de Tercera. El argentino dejó buenas maneras. A falta de veinte minutos se produjeron dos buenas noticias en forma de regresos al equipo: ingresaron Gonalons por Azeez, tras superar la Covid-19 con apenas un par de entrenamientos con el equipo, y Quini por Antoñín, adelantando a Foulquier como extremo. Fue el fin de una larga ausencia de nueve meses para el cordobés tras destrozarse la rodilla izquierda contra el Alavés en Los Cármenes.

Pese a todo, lo que siguió fue el tercero del Valladolid. Anuar aprovechó un despiste colectivo para profundizar por banda derecha y su pase atrás lo envió al fondo de las redes Toni Villa para su doblete, imposible para Rui Silva. Demasiado castigo para el Granada ante un conjunto pucelano muy efectivo, que llegó con más decisión a portería rival en la segunda parte; también con más espacios. De hecho, Toni Villa pudo incluso hacer un hat-trick, diabólico liberado como mediapunta, pero un defensor desvió su disparo. Acto seguido se anuló a Rubén Alcaraz el que habría sido el cuarto, en fuera de juego tras una prolongación en un saque de esquina.

Tantos goles fueron demasiado para la moral de un Granada que, aunque trató de rebelarse contra las circunstancias, no asomó mucho más por campo rival. Intentó alguna arrancada el canterano Aranda, pero sus controles fueron erráticos. El Granada empeoró con los cambios y notó la diferencia de ritmo con un Valladolid más rodadoy con más efectivos, con la derrota frente al Málaga en el mismo escenario a su espalda. Los de Diego Martínez tendrán la oportunidad de redimirse el domingo, precisamente contra el conjunto malacitano.