Muy eficaces

No fue un partido excelso en el juego por parte de los granadinistas. Al contrario, el equipo hilvanó pocas combinaciones trenzadas, pero se mostró preciso en las asistencias finales y los remates a gol. Sin mostrarse dominador durante todo el encuentro, fue una escuadra temible cuando pisó el área rival y aguantó las embestidas del equipo vasco, que salvo en la acción del gol de Kike García estuvo desafortunado frente a la meta de Rui Silva. Foulquier secó a Bryan Gil, el mayor peligro rival. Ni Montoro estuvo fino en la elaboración, ni Yangel tan explosivo como en otros partidos, pero delante, Puertas, Soldado y Kenedy, este en la segunda parte, estuvieron prestos para golear.

Carece de dudas la capacidad camaleónica del equipo para adaptarse a los rivales que enfrenta. En un partido con poco que discutir en el centro del campo, el Granada cambió de registro, primando el juego rápido directo y preciso para doblegar al Eibar, por fin vencido en enfrentamiento de Primera. Difícil se le presenta la permanencia a la escuadra guipuzcoana, mientras los rojiblancos parecen confirmar definitivamente la suya y pueden luchar por la proeza de volver a Europa, anhelo que nunca podrá ser considerado como obligación.

Es evidente que esta es la supercampaña del Granada en sus noventa años de historia. Se ha demostrado que con buen trazado de proyecto deportivo, buena dirección de banquillo y jugadores comprometidos e implicados en el espíritu del club, se puede aspirar a muchos éxitos hasta hace poco impensables. La esperanza es que la propiedad decida proseguir con un proyecto sólido que anime a los mejores a permanecer o a incorporarse al mismo.