Víctor Díaz y la necesaria mejoría de automatismos en la parte defensiva
Diego intenta recuperar la sobriedad defensiva de Segunda, asumiendo como lógicos que haya desajustes sin buscar un solo responsable
El desenfreno ofensivo y su resistencia a la adversidad concitaron el orgullo de cualquier aficionado rojiblanco que viera la actuación del Granada. Las lagunas defensivas ... despertarían algún debate. Quizás hasta arrastraron a Diego Martínez a una noche de insomnio. Semejantes sentimientos encontrados no debieron de ser fáciles de digerir. La satisfacción de tener un equipo osado y que no se rinde, con la preocupación de que necesite cuatro goles para puntuar fuera de casa. El gallego implementa su plan en Primera siguiendo el ideario de la pasada temporada, pero sabe que tiene que buscar mejoras. El trofeo de presentación le alertó ante el Sevilla con un tanto encajado de córner, una suerte que evitó siempre en Segunda. En Villarreal recibió un 'póker' de tantos de diversa factura. Tres de ellos vinieron por la percusión amarilla por la zona que en teoría defendía Víctor Díaz. Un análisis minucioso reduce la responsabilidad del capitán en la cadena de errores.
El primero vino de una pérdida en un intento de pase frontal de Germán a Fede Vico por el flanco zurdo. Rubén Peña interceptó el balón con el Granada desplegándose. Víctor Díaz se había abierto, por si la descarga de la pelota le llegaba. Le tocó retroceder a toda prisa cuando Peña conectó con Moi Gómez. Llegó a tapar su primer intento de tiro. El mediapunta se tropezó y Domingos Duarte le zancadilleó después sin poder replegar la pierna estirada para cubrir hueco.
El segundo tanto nació de un desdoblamiento del lateral Quintillá que no detectó Puertas para replegar. Cazorla observó al chaval y este apuró hasta el fondo. Víctor Díaz tuvo que ir a taparlo y abandonó a Moi. La basculación de sus compañeros fue lenta y toleró el pase atrás que acabó en la red. El tercero es el más punible a Víctor Díaz, aunque con matices. Sacó de banda el Villarreal hacia Cazorla. Moi Gómez se despegó de la marca del lateral, pudiendo en caer en fuera de juego si Domingos Duarte no hubiera estado tan retrasado. Moi recibió y encaró a Víctor. Al ser diestro, el sevillano se colocó para cerrarle por dentro. Fue entonces cuando le fintó hacia fuera y encontró el espacio para habilitar a Gerard. En la cuarta muesca intervino el error en el control de Azeez ante la presión, la duda de Montoro y la colocación de Germán en el retroceso, dejando a Chukwueze que se perfilara hacia su zurda.
Son meros detalles. Pocas llegadas ajenas pero con demasiado castigo que contaminan el repaso. Sí existió sincronía en ataque en muchos pasajes, porque repetían Montoro, Vadillo, Puertas y Vico. Se integró Soldado con ese rombo. Pero atrás hubo más novedades. Domingos de central, Eteki de pivote y Germán reubicado en la izquierda. Los automatismos se suelen ajustar con persistencia, como en la campaña anterior. Bien lo sabe el zaguero gaditano, que no podía imaginar entonces la precisión que alcanzó el grupo en su retaguardia, bien apoyado por sus compañeros. La élite multiplica las posibilidades de fallo porque hay mejores futbolistas, pero el Granada buscará soluciones. A Diego esto seguro que le quita el sueño y no parará hasta que consiga que sus pupilos mejoren. También Víctor Díaz, que ni fue el único responsable ni se queda sin crédito por un día aciago.
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