Ser nada
Opinión ·
Diego Martínez no habla de permanencia ahora en Primera como no habló de ascenso en todo el curso pasadoCarlos Alsina dio la bienvenida al curso escolar en Onda Cero visitando un colegio para charlar con sus niños. Les preguntó qué querían ser de ... mayores. Cada uno decía una cosa, creo que ninguno 'periodista', hasta que una voz aguda emergió y remarcó: «Yo no quiero ser nada». Alsina, que no lo vio venir, reaccionó de la mejor manera que pudo. «Claro», empatizó con aquel nihilismo infantil, «porque si no eres nada puedes serlo todo».
Hay un símil, no sé si muy rebuscado, entre ese niño y el Granada de Diego Martínez. El vigués no habla de permanencia ahora en Primera como no habló de ascenso en todo el curso pasado. Cuando tantos aficionados se empeñaban –y se empeñarán– en sacar la calculadora antes y después de cada partido, Diego Martínez insistía en que no miraría la clasificación hasta la última jornada. El 'partido a partido' elevado a la máxima potencia, hasta el 'disputa a disputa'. Estas semanas anda emperrado con aquello de las encuestas por el descenso y el presunto 'favoritismo' de su equipo para caer el primero, al menos antes del partido en el Estadio de la Cerámica. Sonríe. Le divierte y motiva.
Diego Martínez regresa hoy a Vigo, allí donde descubrió el fútbol y a la vez donde se terminaría apagando su vocación de jugador para alumbrar la de entrenador. Algo tiene que morir para seguir evolucionando. Lo irán a ver familiares y amigos, algunos de los que no entenderían entonces su volantazo hacia el sur y los banquillos. Volverá a pisar Balaídos con la que, a pocos meses de cumplir los 39 años, ya es una de sus obras maestras. Un equipo de autor que se define desde su carácter y que consigue expresar aquello que Martínez considera fundamental en el fútbol: la emoción.
Para que la muestra sea fehaciente deberá controlarse entre otros a un Iago Aspas siempre afilado contra los rojiblancos. Diego Martínez no quiere que nadie le marque a su Granada lo que puede ser, ni ahora ni en el futuro. Por eso elige ser nada. Para serlo todo.
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