El Bisonte vuelve a escorarse
Aitor Karanka coloca a Luis Suárez en la banda izquierda del ataque rojiblanco, el lugar en el que Diego Martínez solía posicionar al colombiano, que tuvo las ocasiones más claras de los rojiblancos partiendo desde el costado, pero no anotó
Antonio Sánchez
Granada
Lunes, 16 de mayo 2022, 00:04
A lo largo de las dos temporadas que Luis Suárez lleva en el Granada se ha debatido acerca de cuál es la posición más idónea ... para el delantero colombiano. Sin la definición propia de un punta que juega por velocidad y la ausencia de otras virtudes como el remate de cabeza, el cafetero jugó gran parte de la pasada temporada tirado a una de las bandas del ataque de los nazaríes. Diego Martínez entendía que era el lugar en el que rendía más ya que partiendo desde ahí podía aprovechar la velocidad que tiene, en colaboración un delantero más corpulento que fuera capaz de generarle espacios, como Molina o Soldado.
Sin embargo, la llegada de Robert Moreno abrió un nuevo escenario para el delantero rojiblanco, siempre ansioso por anotar, hasta el punto de ser egoísta en algunas fases de la temporada. En la mayoría de partidos de este curso se ha mantenido como el punta referente de los nazaríes, estando más cómodo cuando actuaba acompañado por otro delantero en el ataque. Incluso en los primeros envites de Aitor Karanka se mantuvo como jugador más destacado en el dibujo del técnico vasco, que ante el Betis experimentó aquello que Diego Martínez defendía. Desde ahí, el atacante del Granada gozó ante la escuadra bética de una importante presencia en el área rival que no aprovechó. Suyas fueron las ocasiones más claras de los nazaríes, frenadas por Rui Silva, con el que acabó abrazado, y por el poste. El colombiano, de nuevo, volvió a perder la oportunidad de ser el delantero diferencial por el que se abonaron quince millones, pero mostró que no se encuentra incómodo partiendo desde la esquina, escorado.
El Bisonte, sin embargo, solo está cómodo cuando el gol le llega. Cualquier delantero solo es feliz si acierta de cara al marco contrario, pero en el caso de Luis Suárez este elemento se acentúa. Ante el Betis, por ejemplo, Jorge Molina se dedicó a completar un juego más oscuro dedicado a liberar al cafetero. Lo mismo hacía Roberto Soldado para que Suárez campara a sus anchas por el campo y pudiera explotar dejando atrás a los rivales. El equipo, en definitiva, se acomodaba bastante a las necesidades del ahora '9' del Granada, que cuenta especialmente con capacidad para sorprender a la espalda.
Aitor Karanka probó esta estrategia ante el Betis y no le fue mal del todo. Solo falló lo que habitualmente suele fallar, el gol de Suárez. El acierto es la asignatura pendiente del colombiano. A pesar de los tantos anotados en la presente temporada, no ha sido capaz de encontrar regularidad en las dianas transformadas, con importantes periodos de sequía goleadora que el equipo acaba acusando cuando pone todos los huevos en su cesto. En la segunda vuelta solo ha marcado en tres partidos y los goles anotados en uno de los encuentros fueron irrelevantes en el marcador.
Esta carencia la volvió a demostrar en el Benito Villamarín. Con el Betis replegado y Collado filtrando balones a ambos costados, Suárez tuvo la posibilidad de empatar el partido y hacer que el encuentro ante el Espanyol de la última jornada fuera más cómodo. Se volvió a hacer pequeño en el área y le faltó definición. Sin embargo, su rendimiento como extremo fue destacado. Fue protagonista. El jugador que aspira a ser, con el equipo basculando hacia su zona, buscándolo para hacerle el fútbol más cómodo. Ahora, es él quien tiene que dar el paso al frente. El Granada necesita al mejor Suárez en la última jornada.
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