Las uvas del KO

Se ha llegado a cuartos jugando siempre fuera de casa y ante rivales de divisiones inferiores, de Tercera y Segunda B. No ha sido fácil, debiendo llegar a la prórroga en tres de las cuatro eliminatorias a partido único. Otros equipos, con mayor potencial e historia en la Copa, como el Athletic de Bilbao y el actual campeón, el Valencia, tuvieron que llegar a los penaltis para eliminar a dos Segundas el primero y a un Segunda B el segundo. El torneo ha recuperado la emoción de la lucha y ha puesto en un brete a muchos equipos ante rivales sobre el papel inferiores, aunque los ocho supervivientes serán finalmente todos de Primera.

En Badajoz, el Granada se adelantó con prontitud en el marcador y nuevamente lo hizo casi al final del partido. En ambos casos no supo aguantar la renta, extraño en los pupilos de Diego Martínez, acostumbrados a resistir con el marcador a favor: el primer empate vino tras una mala acción defensiva, entre otros, de uno que no suele fallar, Germán; el segundo fue en la última jugada del tiempo reglamentario, con la mala fortuna del despeje inapropiado de Carlos Fernández hacia su propia área chica en un córner, al que precedió una nueva desaplicación de Machís en labores defensivas, regalando innecesariamente el balón parado a los locales.

El sevillano redimió su gris actuación con el gol definitivo que inclinó la eliminatoria en la segunda parte de la prórroga. El futuro inmediato, empezando por la mañana del sábado ante el Espanyol, dictará las consecuencias del cansancio acumulado con el avance en el torneo del KO.