Roberto Cuerva, el 'entrenador' en Alcorcón por la expulsión de Fabri
El gallego, que llegó a Granada sin ayudantes propios, fue expulsado en Los Cármenes a los 27 minutos por doble amarilla
Fabri González llegó sin ayudantes a dirigir al Granada; se rodeó del cuerpo técnico que ya estaba formado con Tomé. Tres de ellos todavía ... siguen en el club: el fisioterapeuta Alberto Lara, el utillero Jesús Pérez y Roberto Cuerva, mano derecha de David Tenorio en el actual Recreativo Granada y, por entonces, segundo entrenador. Aquellos días del salto en Alcorcón permanecen en su memoria porque fue él quien, curiosamente, ejerció como preparador en Santo Domingo. Fabri había sido expulsado en Los Cármenes, a los 27 minutos, por doble amarilla. «El míster no le había dicho nada al árbitro. De hecho, traté de inculparme», aporta. «Lo que no era consciente es de lo que íbamos a vivir», se sincera. «Fue maravilloso, sobre todo por el granadinismo», remacha.
«En la vuelta noté más la responsabilidad al llegar en el autobús. Se me pone el vello de punta aún. Contemplar a más de mil aficionados en hilera dándonos la bienvenida... no le podíamos fallar a esa gente», comparte. En el partido, el genuino sufrimiento. «Empezamos a buscar tarjetas. Decía de todo para forzar la roja», se carcajea. Tanto lo intentó que al final sí llegó. «Los últimos segundos los vi por una ventanilla del vestuario. Cuando se pitó el final, llegaron abrazos y lágrimas... Sigo poniéndome aquel partido cada año», asegura.
«El proyecto cambió mucho con Pina y Cordero, pero todavía éramos un equipo modesto. Me ocupaba hasta del entreno de los porteros. Nos tocaba ir a aquellos campos de Antonio Sánchez. Y bendito era que este hombre nos facilitara instalaciones. Entrábamos por un camino de tierra en el que se atascaban los coches. Todo ha cambiado», abunda.
Otros de aquellos ayudantes ya no están. Dejaron el Granada, por distintos motivos, el preparador físico José Alfonso Morcillo, el fisio Javier Ávila y el utillero Antonio Hidalgo (su hijo sí está dentro). «Todos le transmitimos a Fabri la información que consideró necesaria. Salió bien», suscribe orgulloso Cuerva.
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