Antoñín: «Pedí salir para jugar; tengo mucho que aprender todavía para volver al Granada»

–¿Cómo se encuentra?

–La verdad es que estoy muy feliz. Estoy muy contento por estar teniendo esta experiencia en el Rayo Vallecano. Las cosas están saliendo muy bien, mejor de lo esperado. Quiero consolidarme como jugador en Segunda para volver al Granada y ganarme un sitio la temporada que viene.

–¿Qué tal la adaptación a un club tan particular como el Rayo Vallecano?

–Bastante bien, es un club de barrio, como yo. Los compañeros se han portado muy bien desde el primer momento, los capitanes me arroparon. Me siento uno más. Eso, claro, influye en el rendimiento.

–Está gozando de la continuidad que todo futbolista de 20 años necesita.

–Sí, claro. Por eso buscamos una salida, para jugar, que es lo que queremos todos.

–Suma cinco goles en Liga y otro en Copa. No se puede decir que no le esté acompañando el olfato de cara a gol, con cierto oportunismo además.

–Sí, lo hablo con mi familia. Noto que estoy teniendo ese gol. Estoy cogiendo ese olfato. Sé dónde puede caer el balón y están yendo donde voy. Desde fuera pueden parecer goles fáciles, pero hay que estar en el sitio e intuirlo. Los jugadores de área vivimos de esa intuición.

–¿Qué tal es su relación con un técnico joven y exjugador como Andoni Iraola?

–La verdad es que bastante buena. Fue él quien me pidió que viniese. Conocía mis cualidades y confiaba en mí, sabía que me iba a aprovechar. Me ha arropado mucho y me ha dado mucha confianza. Siempre he podido actuar por fuera o como punta y ahora estoy jugando como referencia, donde se te exige el gol además de ir al espacio y generar oportunidades. Si juego de '9' tengo que meter goles. Vivimos de ello.

–El Rayo es el sexto clasificado en Segunda con 31 puntos. ¿A qué aspiran esta temporada?

–Vamos partido a partido. Es nuestro pensamiento, siempre unidos. Eso es lo que nos transmiten el club e Iraola. El Rayo siempre intenta acabar en 'play off' y subir, pero no nos marcamos ese objetivo. Vamos creciendo partido a partido.

–Se habló de una posible vuelta al Málaga.

–El Málaga es el club de mi vida, el que me hizo profesional y me dio todo, y algún día me gustaría volver, pero ahora mismo solo pienso en el Rayo. Estoy muy contento de poder estar aquí. Me siento muy cómodo, toda la gente me apoya.

–Pasados ya unos meses desde su cesión, ¿considera que fue una decisión acertada?

–Sí, totalmente. Tanto mi entorno como yo pensamos que debía jugar, porque no me vale estar en Primera división y no tener minutos. Tengo 20 años y necesito aprender. Tengo muchos conceptos que aprender todavía. El Rayo es un buen club y aquí estoy. El año que viene ya se verá.

–¿Le sorprendió que el Granada le abriese la puerta ya en octubre, en ese mercado más largo de lo normal?

–No habíamos comentado la posibilidad de la cesión, pero sentí que no iba a tener el rol que necesito, porque en el Granada hay jugadores con muchísima experiencia y el equipo está muy bien, pero lo sugerimos al club y estuvimos todos de acuerdo. Pensaba que era lo mejor y todos me apoyaron.

–Parecía que había agarrado ciertos galones en pretemporada. De hecho, tomó el '7' que dejó Vadillo y se mostró con mucha personalidad en los partidos amistosos.

–Siento que todo lo que estoy viviendo es un premio, porque soy de barrio y siempre luché por ser profesional. Cada entrenamiento y cada partido me los tomo como si no hubiera un mañana. El curso pasado tuve minutos con el Granada, marqué algún gol y lo di todo en pretemporada para quedarme porque sabía de la dificultad que había. Intenté asumir galones y reivindicarme, pero al final no fue suficiente. Por eso ahora estoy luchando para volver.

–Le han pasado muchas cosas en muy poco tiempo, incluso con una pandemia mediante. No hace tanto desde que dio aquel salto del juvenil del Málaga al primer equipo, firmando luego por el Granada en Primera.

–Lo he digerido bien, mi entorno es muy bueno y me ayudan mucho. Era un niño del juvenil y en muy poco tiempo me convertí en profesional. En muy pocos meses llegué a Primera y peleé una clasificación para la UEFA y luego fui a la Selección Española sub-21. Fueron muchas cosas en muy poco tiempo, pero lo he afrontado bastante bien, que no es fácil para alguien tan joven.

–¿Con qué se queda de los meses junto a Diego Martínez y su plantilla?

–Aprendí muchísimo. Todos conocemos a Diego Martínez, lo trabajador y constante que es. Siempre intentaba sacar lo mejor de mí, mejorarme en cada entrenamiento, en cada control. Me exigía mucho y siempre daba la cara por mí.

–¿Mantiene el contacto con ellos?

–Sí, por supuesto. Después de cada partido recibo como mínimo un par de mensajes, de los compañeros e incluso de la directiva. Incluso Roberto Soldado, que es uno de los grandes del equipo, me escribe mucho y me da la enhorabuena por mis goles. También Luis Milla o Darwin Machís. Todos, en definitiva. Son una familia y me hacen sentir que sigo perteneciendo a ella aunque ahora esté fuera. Me dicen que haga la mejor temporada posible, que marque el mayor número de goles y que la campaña que viene ya se verá.

–¿Qué le está pareciendo el rendimiento del equipo, incluso en Europa?

–Si no coincide con mis partidos le veo siempre porque al final es mi club. Como el año pasado, siempre compite y se adapta a cualquier circunstancia. En cada estadio, con cada sistema, con los futbolistas que toquen. Es un equipo humilde, que es lo importante, y muy trabajador.

–La experiencia de la propia columna vertebral del Granada demuestra que el paso por Segunda fortalece mucho para afrontar luego la Primera.

–Por supuesto, por eso quise salir: para curtirme y hacerme mejor jugador, para aprender todo lo que necesito para el día de mañana jugar en Primera. Es un paso atrás para dar dos hacia adelante luego. Voy a hacer todo lo que tenga que hacer para poder jugar en Primera.

–Todo un aprendizaje para ganarse un sitio en el Granada el próximo verano.

–Lo tengo clarísimo. Ahora mismo mi equipo es el Rayo Vallecano, pero estoy curtiéndome para volver a dar el máximo y quedarme en el Granada la temporada que viene. Tengo mucho que aprender para hacerlo.