El Granada vuelve a la esencia original para llevarse un punto del Camp Nou
Domingos marca a los dos minutos y el equipo encaja en el 90 tras soportar el asedio culé, en un enorme ejercicio de resistencia de los rojiblancos
Rafael Lamelas
GRANADA
Lunes, 20 de septiembre 2021
La vuelta a los orígenes no le sentó nada mal al Granada en el Camp Nou, donde sacó un punto que pudieron ser tres hasta ... el minuto 90. La celebración tardía del cumpleaños de Robert Moreno empezó con confeti, tras un golazo de Domingos Duarte que extendió la angustia en el campo. El Barça se atoró ante unos rojiblancos implacables en la tarea de proteger su meta. Un desafío mayúsculo con tantos minutos por delante. Los goznes empezaron a ceder a lo largo de la segunda mitad, cuando los azulgranas renunciaron a su estilo y colgaron balones al área al más puro estilo nórdico. El Granada no pasaba apuros en guarecerse y esperar que el tiempo se consumiera pero, de tanto cabecear, al final Araújo encontró la diana y escamoteó el triunfo visitante, que habría sido otra proeza con tanto achuchón.
Fue el Barça un vendaval sin brújula durante la recta final ante un Granada que emprendió un viaje introspectivo hasta encontrar su esencia. No renunció a avanzar durante el acto de arranque, pero sí mantuvo a los vigías atentos en lo más duro del combate. Cuando ya quedaba poco y solo se abrigaba, llegó un mazazo a su aspiración de enmudecer al respetable, pero al menos quedó la impresión de que sobre esa red de ayudas sí se puede rearmar el conjunto. Habrá días para elaborar y para la imaginación. Esta vez tocó remangarse y, pese a la floja versión del Barça, es para felicitarse el hecho de sacar algo de un desplazamiento siempre tan turbulento.
Barcelona
Ter Stegen; Dest, Eric García, Ronald Araújo, Balde (Mingueza, m. 42); Sergio Busquets (Riqui Puig, m. 74), Sergi Roberto (Luuk De Jong, m. 46), Frenkie De Jong; Coutinho (Gavi, m. 60), Demir (Demir, m. 75) y Memphis.
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Granada
Maximiano; Quini, Domingos Duarte, Luis Abram (Germán, m. 78), Escudero (Carlos Neva, m. 46); Yan Eteki (Montoro, m. 30), Luis Milla, Monchu; Antonio Puertas (Gonalons, m 67), Darwin Machís y Jorge Molina (Luis Suárez, m. 67).
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GOLES 0-1, m. 2: Domingos Duarte; 1-1; m. 90: Araujo.
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ÁRBITRO Santiago Jaime Latre (comité aragonés). Amonestó a los locales Mingueza (m. 77), Araujo (m. 88), Piqué (m. 93) y al entrenador Ronald Koeman (m. 85); y a los visitantes Montoro (m. 40), Gonalons (m. 70), Monchu (m. 86), Quini (m. 87) y Bacca (m. 92; en el banquillo). En el VAR, González González (comité castellanoleonés).
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INCIDENCIAS Partido correspondiente a la jornada 5 de LaLiga Santander, disputado en el Camp Nou ante 27.097 espectadores.
Cuando todavía se escrutaba la remozada alineación de Robert Moreno, con siete cambios con respecto al inicio frente al Betis, los astros se conectaron para que el Granada metiera un golpe directo al mentón de un Barça entristecido. Sergio Escudero, el último de la primera plantilla que quedaba por debutar, sacó un córner y el balón regresó a su bota en el despeje. Como en sus mejores tiempos en el Pizjuán, enroscó un centro ante el que se anticipó Domingos Duarte libre de corsés. Dejó tiritando el sistema defensivo culé, lleno de chaveas.
Los nazaríes, de un provocador blanco, arrojaban toda la presión sobre los hombros del rival. El conjunto azulgrana se topó con un Granada de líneas prietas en el que Luis Milla ejercía de eje y Yan Eteki de volante, como un clásico del Camp Nou, Touré Yaya. La preocupación envolvía a los locales, que tocaban sin importunar y que sufrían cuando Machís arreciaba por su pista de lanzamiento. Dest, una locomotora cuando ataca, descarrilla cuando le toca retroceder. El venezolano huyó del yanqui para habilitar a Molina, que remató por encima de Ter Stegen.
La practicidad reinaba en los visitantes. Aunque procuraron salir a veces por bajo, no dudaron en buscar boyas lejanas cuando se vieron exigidos ante el hostigamiento. El Barça se fiaba de Memphis, uno de los pocos que no parece corrompido por la espiral depresiva actual, pero le costaba escaparse de Quini, un titán hasta cuando perdió una lentilla. A pesar del orden prusiano del Granada, Sergi Roberto encontró un hueco para chutar en la continuación de un saque de esquina, pero el larguero escupió su lanzamiento.
La gestión era de los catalanes, pero el blindaje rojiblanco no cedía con facilidad. Eteki se lesionó y el árbitro paró el juego de pronto, interrumpiendo un ataque de los locales, que no querían frenar ni por cortesía. El camerunés arañó tiempo entre su atención y un regreso fugaz para que Montoro se preparara para sucederle.
Se italianizó la escuadra de Robert Moreno, pausando saques, endureciendo los lances. De la especulación iba a salir con doble premio si Monchu enfila más colocado un tiro ante Ter Stegen que el alemán alejó. Volvía el mallorquín al centro de formación, pero sigue demasiado ansioso mientras madura en la élite. Su lance precedió a una prolongación en la que el Barça encendió los cañones. Araujo exigió al mejor Maximiano en un cabeceo. Vuelo precioso del portugués, brazo estirado como un tentáculo, mano perfecta para abanicar fuera la bola.
El luso contuvo a Dest y terminó de ahogar el arrebato previo al descanso. Moreno sacó de la lidia a Escudero para no fundirlo en su estreno y restableció a Neva. Koeman, que se vio forzado a retirar al jovenzuelo Balde en el acto inicial, fulminó a Sergi Roberto para acoplar a un delantero centro a la antigua usanza como Luuk De Jong. Pero, sobre todo, su discurso alteró el panorama. El Barça siguió el hilo del añadido y encajonó al Granada, agobiado. El repliegue rojiblanco se intensificó, el esférico se hacía efervescente en sus botas y los locales achucharon, con Memphis afilando el cuchillo, dispuesto a dar la punzada en el callejón.
Para el Granada era un 'déjà vu' de tantas visitas al Camp Nou, sufridas, tormentosas, pero con un marcador al que abrazar como un salvavidas en mitad del océano. Necesitaba reclutar tropas y Moreno incrustó a Gonalons y Luis Suárez. Al francés le multaron con una falta en la corona del área que Memphis estrelló en la barrera.
Con cuatro mediocentros generando densidad en la parte ancha, Monchu se escoró algo a la diestra, como falso extremo. El chico sigue sin encontrar su sitio. El Barça continuaba con munición de fogueo, así que en la desesperación ingresó Piqué para ejercer de 'nueve', aunque el que la tuvo fue el genuino, Luuk, que entornó los ojos y no dirigió un frentazo en el área pequeña.
Abram se quedó lisiado y Germán se puso la casaca. Ya no había más modelo en los locales que los ataques a la tremenda, como si fueran alemanes. Al Granada le funcionaba el 'catenaccio', la vieja resistencia ante los huracanes, con las persianas tapiadas y los muebles sujetando la puerta. Los azulgranas se obsesionaron en la guerra por las alturas, pero el búnker soportaba el bombardeo.
A semejante batalla le faltaba una tangana, en la protesta por un supuesto penalti de Germán a Araújo. Salía a relucir el nerviosismo culé, pero al final la insistencia dio fruto. El zaguero uruguayo, con imán en la cocorota y muelles en las botas, equilibró el asunto en el minuto 90 y privó al Granada de la segunda victoria consecutiva en el coliseo barcelonista y de inaugurar el casillero de triunfos esta temporada.
Como ya pasó con Valencia y Betis, en una expiración se volvieron a marchar puntos. La tensión prosiguió y hasta Robert Moreno, comedido en su área técnica, se llevó un aparente mecherazo en la pierna. Hubo más griterio que agresividad en el último suspiro. Unas tablas rojiblancas basadas en los fundamentos del trienio mágico y no tanto en el juego de posición. De la convivencia de ambas fórmulas dependerá el éxito del nuevo proyecto.
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