El Granada se topa con la cruda realidad
La falta de recursos en el centro del campo por las lesiones diezman una zona que potencia al resto y que se constata en partidos igualados decididos por detalles
Rafael Lamelas
GRANADA
Domingo, 21 de junio 2020, 00:46
1. La alarma sonó el día que cayó Montoro, en los primeros compases de la vuelta a los entrenamientos, y la luz roja se quedó ... prendida tras la lesión muscular de Gonalons, confirmada tras el partido ante el Getafe, la victoria que adorna el casillero rojiblanco en estas tres jornadas después de la reanudación. El Granada jamás ha abandonado su poso competitivo, pero le faltan cosas sin sus dos mediocentros de corte creativo.
2. Ha estado cerca del triunfo en los dos encuentros posteriores al que retomó el campeonato, tanto en el Villamarín, con un plan más especulador y de contragolpe, como frente al Villarreal, con las líneas más avanzadas y yendo a buscar al rival. Sin embargo, contra los amarillos se apreciaron problemas en la generación de jugadas que los jugadores de refresco tampoco pudieron solucionar. Todos están implicados, pero hay futbolistas más importantes que otros, con roles definidos y virtudes que otros no pueden emular tal que así.
3. El cansancio aparece como denominador común para todos los equipos inmersos en esta maratón de duelos. Lo que pasa es que unos tienen mejores recursos en el banquillo que otros. Al Granada, la diezma en el centro del campo le pasa factura, sobre todo en situaciones que se deciden por meros detalles, como un despeje del portero o una fulgurante arrancada de un delantero. En la adversidad, con marcador en contra, los choques demandan iniciativa. Con el Betis, la veta se abrió a balón parado, pero con los castellonenses no hallaron la manera. Todo resultó algo trompicado, con demasiados errores de decisión en los últimos metros, con precipitación por parte de la mayoría de futbolistas.
4. Hasta el final de la cita del viernes, los rojiblancos buscaron un gol que al menos rescatara un punto, pero ya no fue necesario que Asenjo firmara más paradas milagrosas. Todos los tiros se marcharon fuera, desviados por parte de sus ejecutantes. Diego Martínez probó distintas ofensivas, tan desesperado como los demás, pero ninguna funcionó.
5. Con Soldado sustituido al descanso por unas molestias, a Fede Vico le costó encontrar el camino tanto en banda como luego en la mediapunta. Puertas se fatigó hasta la extenuación y Carlos Fernández estuvo especialmente vigilado. Machís gambeteó y probó fortuna con disparos leves. Antoñín dejó destellos de potencial, aunque es pronto para examinarlo hasta que dispute partidos completos.
6. Hay un déficit en el centro del campo que no palía ni Yangel Herrera aunque vaya a destajo, multiplicándose y tensando cada lance, retrocediendo para la recuperación y acudiendo a rematar. Yan Eteki se convirtió en su socio en el arranque, dejando una impresión insípida. No le falta vigor, pero quita menos de lo que parece. Con la pelota decide con lentitud y muchas veces sin la precisión adecuada.
7. Ramón Azeez, su alternativa, también se entrega y es generoso, resulta más vertical en las evoluciones, pero por contra maneja un peor registro táctico, menos ordenado para guardar la posición.
8. Uno de ellos tendrá que seguir alternando con el venezolano, porque no hay más soluciones disponibles, salvo que el entrenador 'tunee' un nuevo pivote (Víctor Díaz acabó con el cepillo en Sevilla) o bien observe maduro al canterano Isma Ruiz, aparentemente lejos del 'reprís' de la élite. Todo sin que ocurra la desgracia de que Herrera sufra algún percance, pues tanto lo de Montoro como lo de Gonalons parece que va para largo. La evolución médica marcará si llegan antes de la conclusión liguera.
9. Algo parecido ocurre en el lateral zurdo, en el que la única presencia de Carlos Neva incitó probaturas como la de Gil Dias en su sitio, como en la segunda mitad. El luso anduvo torpe por ahí, muy incómodo.
10. La evidencia es que, al final, no hay más cera que la que arde, y que la proeza de ver al Granada en la parte alta es una hazaña sin parangón con una plantilla voluntariosa pero limitada, comprometida con una idea y dispuesta a dar guerra hasta que baje el telón, pero a la que le falta soltura con la pelota. El 'chamán' no busca excusas y aplaude a sus pupilos por la predisposición. Una metáfora de su presentación lo resume todo. Dijo que si le daban limones, haría limonada, y que si le daban naranjas, naranjada. Diego exprime el fruto pero da lo que da.
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