Al Granada le sale la barba en Primera
El equipo se moldea sabiendo alternar precaución con valentía, con esa capacidad tan propia de deformar al contrario siempre
Rafael Lamelas
GRANADA
Martes, 17 de septiembre 2019, 01:27
1. Hace un par de años, en uno de esos programas sobre fútbol en la televisión de pago que se alejan de polémicas baratas y ... abundan en el juego, entrevistaron a Asier Garitano, hoy entrenador del Alavés, por entonces en el Leganés. Jorge Valdano, uno de los que preguntaba, quiso indagar sobre si el técnico vasco se identificaba con algún modelo en su deporte. Garitano contestó que no, extrañado porque sólo hubiera una supuesta bandera del buen fútbol. «Me gustaría tener la capacidad de enseñar a un jugador para que actúe como lo hace el Betis, el Atlético de Madrid, el Barcelona o el Eibar. En lo combinativo, en lo posicional, en el juego directo, en la presión alta o baja... Si encima fuéramos capaces de hacerlo en un mismo partido, me encantaría». Valdano, sorprendido, le replicó que lo quería todo, «ser Setién y Simeone». «Sí», insistió él. «Me gustaría jugar a todo, porque me gustan todos los tipos de fútbol».
2. Garitano, como ocurre con Diego Martínez, pertenece a esa amplia familia de preparadores españoles de perfil modesto, menos ruidosos y escasamente mediáticos salvo en el éxito, que no se adscriben a una sola escuela de fútbol, sino que quieren mamar de distintos estilos, a veces incluso en el transcurso de un mismo encuentro. Son los que piensan que aferrarse a una manera única de desarrollar un plan limita, porque este no siempre se puede imponer; los distintos rivales y situaciones obligan a adaptarse para intentar obtener un buen resultado.
3. Son entrenadores que gozan con la preparación de un compromiso en el día a día, estudiándolo a fondo, y que sólo se enorgullecen de la evolución colectiva del grupo más que de implantar una sensibilidad única. Son eclécticos y cogen lo mejor de cada propuesta para construir la suya, siempre acorde a lo que pueden ofrecer sus pupilos.
4. Lo que está haciendo el Granada no es más una continuación de lo que nació en Segunda, evolucionando, en constante aprendizaje. En cuatro partidos, a este equipo le ha salido la barba, aunque siga mudando de piel a su antojo. Supo ser valiente en Villarreal hasta empatar a cuatro en una cita con más desajustes de lo habitual, quizás por estar en pleno engrase. Fue precavido en Balaídos cuando la superioridad numérica tras las expulsiones invitaba al ataque masivo y al exceso de confianza, bajando pulsaciones y armándose de paciencia.
5. Quedó como un cuadro osado cuando intentó remontar al Sevilla acumulando atacantes en Los Cármenes y calculador en Cornellá en el retoque con tres centrocampistas que le dio consistencia justo antes de anotar el 0-2 allí. Su elegido para tal tarea, Azeez, rubricó el 0-3 como colofón.
6. Hay mucho poso del proyecto que ascendió en esta nueva versión rojiblanca, pese a la aparición de elementos nuevos e importantes como Domingos Duarte, Yangel Herrera, Darwin Machís y Roberto Soldado, más lo que puedan sumar otros actores de la plantilla. Todos han entendido que integrarse en esta fórmula les conviene.
7. Vuelve a ser un conjunto vigoroso con el marcador a favor, como se vio en Barcelona y Vigo, pues sabe vivir con la pelota cerca y lejos. Crece a estirones si su portería se mantiene con el candado echado, porque puede encontrar siempre alguna fórmula de cara al gol, por cualquier rendija, mimando cada detalle, con un reflejo evidente en las acciones de estrategia.
8. No es fruto de la casualidad que de los nueve goles a favor que llevan los nazaríes, tres hayan llegado tras saques de esquina. Hay un gesto de remate de algún efectivo siempre, pero también movimientos de distracción y bloqueos sutiles en el resto de sus compañeros. Diego Martínez y su cuerpo técnico dedican muchas horas de ensayo y estudio de estas situaciones, para potenciar su capacidad de definición y encontrar las debilidades del adversario.
9. Nunca sabremos qué habría ocurrido en Balaídos sin la intermediación del videoarbitraje, auxilio que inclinó al colegiado Prieto Iglesias hacia las dos expulsiones. Seguro que habría sido un partido distinto, como diferente habría sido el comportamiento del Granada, no sólo el del Celta. Otro rasgo identificativo de los rojiblancos es su habilidad para deformar al contrario, al que puede someter ante cualquier despiste o por asedio.
10. Llegan en forma al duelo con el vigente campeón. Valverde, entretenido por la Champions League, no tendrá claro que rival se encontrará. Es la virtud de ser una escuadra polifacética. Como le gusta a Garitano. Como desea siempre Diego Martínez.
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