El Granada se quiere enchufar en Ferrol

No es un encuentro cualquiera el que le aguarda al equipo en A Malata. La necesidad de sumar puntos es obvia, pero sobre todo es clave que el Granada se enchufe mejor en Ferrol que en casa, cuando un trance anterior al descanso, con ventaja en el marcador, le llevó a morder el polvo con el Albacete, sin encontrar la red rival pese a sus muchas intentonas en la segunda parte.

El colapso duró cinco minutos, pero tuvo efectos devastadores. La concentración se relaciona más con la actitud que con lo entrenable, aunque por lógica un plantel reputado ha de extremar la atención en situaciones críticas, como las de balón parado del contrario. Si los nazaríes mejoran su blindaje, la calidad individual ha de hacer el resto, a falta de que se concreten las pequeñas sociedades que elevan a los proyectos.

Luca Zidane debutará bajo palos, parece claro, con lo que el Granada adopta un portero con toque de balón de jugador de campo. Esto hace versátil la salida de balón, sobre todo si, como también se intuye, Abascal incluye a Lucas Boyé, una boya para situaciones divididas de las que pueden sacar el jugo futbolistas dinámicos como Uzuni, Tsitaishvili o Józwiak.

Más abierta está la decisión en las parejas de centrales y pivotes. Miguel Rubio destacó por arriba y marcó un gol, pero su compañero de zaga, Insua, se mostró más incómodo en el perfil zurdo. En la medular, los cuatro centrocampistas tienen papeletas para actuar. Parecen por delante Sergio Ruiz y Manu Trigueros, pero la escuadra ha de preocuparse también de las transiciones del contrincante.

El Racing de Ferrol firmó una digna pasada temporada, pero ahora está moldeando su propuesta. Viene de empatar, también en su feudo, con el Málaga (2-2). El Granada es superior, pero si no es inteligente, le pueden pintar la cara.