El Granada pone un broche de oro al inigualable 2020
Logra vencer al Valencia en Liga 45 años después en un partido estrambótico, que acabó con 19 efectivos. Jorge Molina lo sentenció
Rafael Lamelas
GRANADA
Miércoles, 30 de diciembre 2020
Jorge Molina, 38 'castañas', fue el revulsivo necesario para un partido estrambótico en el que el Granada conquistó otro hito. Derrotó al Valencia en Liga ... 45 años después de la última vez. Es cierto que estaba reciente la eliminatoria copera que cayó a favor de los nazaríes, pero la estadística parecía implacable en el torneo de la regularidad. No ahora, porque los rojiblancos son un equipo emergente, que sabe sufrir y exprime sus cualidades, y el conjunto che anda a la deriva, conservando el murciélago y no demasiado más; unos pocos del lustroso destacamento antiguo y unos tantos que rebajan mucho su nivel.
Aun así, le dio para adelantarse en Los Cármenes, ventaja neutralizada por Kenedy con una falta de trayectoria traicionera gracias, precisamente, a la acción de Gameiro, que había puesto en ventaja a los visitantes. La segunda mitad fue un festival de expulsiones, una en el Granada y dos en el Valencia, deparando una riña de patio de colegio, con verde por todas partes, que supo inclinar Molina en un vuelo clásico, de ariete de tronío.
Granada
Jaume Doménech; Wass, Diakhaby, Mangala, Gayà; Soler, Esquerdo (Koba Len, m. 87), Jason, Cheryshev (Yunus Musah, m. 75); Guedes y Gameiro (Manu Vallejo, m. 66).
2
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1
Valencia
Rui Silva; Foulquier (Quini, m. 73), Domingos Duarte, Germán Sánchez, Carlos Neva; Gonalons, Yangel Herrera, Antonio Puertas (Soro, m. 73), Kenedy; Luis Suárez (Vallejo, m. 89) y Roberto Soldado (Jorge Molina, 68).
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GOLES 0-1, m. 36: Gameiro; 1-1, m. 45+2: Kenedy; 2-1, m. 88: Jorge Molina.
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ÁRBITRO Cordero Vega (comité cántabro): Expulsó con doble amarilla al valencianista Jason (m. 70); y con roja directa a Guedes (m. 73) y a Domingos Duarte (m. 76). Amonestó a los locales Foulquier (m. 16), Yangel Herrera (m. 40), Antonio Puertas (m. 72) y Gonalons (m. 95); y a los visitantes Wass (m. 33) y Mangala (m. 47).
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INCIDENCIAS Partido correspondiente a la jornada 16 de LaLiga Santander, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes, sin público en las gradas.
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LA GRADA Centenarios: En los prolegómenos del partido, Antonio Puertas y Rui Silva recibieron una camiseta conmemorativa tras cumplir 100 partidos oficiales en el club rojiblanco.
Cuando Molina firmó por el Granada, surgieron debates acerca de su edad. Invitaban a pensar en la decadencia de un purasangre del área para esas mentes perversas, un contrato extra camino de la 'jubilación'. Pero desde que luce esta elástica, ha corroborado que la experiencia y el oficio siguen contando cuando las piernas ya no son ligeras. Que sin la potencia de antaño todavía puede ser quirúrgico ahí donde los puntas se ganan el jornal. Molina en el rectángulo enemigo es todo aquello con lo que sueña ser Luis Suárez con el paso de los años. El temple sereno del ejecutor, en la suerte más deseada para el futbolista. Un artillero de los pies a la cabeza, aunque peine canas. Dos centenares de goles en su carrera lo ratifican.
Roto el 'trivote' sin Milla, con Montoro convaleciente, Diego Martínez explotó el 4-4-2 que tanta renta le dio en tiempos de la dupla Soldado-Carlos Fernández. Luis Suárez ocupó por dentro el vacío emocional del sevillano. El colombiano amplió el horizonte y anduvo en varios empalmes iniciales, intenso el Granada en esos compases. Remates instintivos pero desviados, faltos de tacto a veces y de limpieza en otras, siempre con alguien cerca.
El Valencia conserva la heráldica en esta época de carencias, pero también un buen puñado de de futbolistas revoltosos, con alas en las botas. Gayà, el titular de la Selección en el lateral zurdo, puso un centro como primer aviso que escupió Rui Silva. Domingos rebañó el peligro posterior.
Estaban fulgurantes los locales y salieron expeditivos en una acción rápida con un forcejeo inicial entre Foulquier y Jason. Braceó el francés pero sin aparente dureza, a pesar de la exageración del valencianista. Corrió el galo, conectó con Puertas y este con Kenedy, que giró como una peonza para ajustar un tiro que manoteó Jaume pero que acabó en la red. El pinganillo del árbitro zumbó y esta vez sí tocó que Cordero Vega acudiera a la pantalla. Censuró el tanto y amonestó a Foulquier. De un plumazo, un gol al limbo y un listón bajo en cada roce, que salpicó de interrupciones un acto bastante movido.
Sin el tercer hombre en la medular, los rojiblancos sufrieron a la hora de apretar las filas. Ese desequilibrio para tapar espacios permitió licencias al Valencia, que está diseñado para contragolpear. Gameiro sacó de vía a Domingos en un sprint, pero Rui respondió al quite y luego se adornó en un vuelo inmediato en el cabeceo al rechace de Soler.
Abiertos Puertas y Kenedy, brillaba sobre todo el brasileño en los disparos. El almeriense sigue intentando encontrar sensaciones con el balón, como si la Covid le hubiera arrebatado el esplendor. Había demasiada ida y vuelta para el gusto local y eso lo acabaron pagando los nazaríes en una llegada cómoda de Cheryshev con centro templado que rebasó a toda la zaga y que acabó imantado en la bota de Gameiro, hábil ejecutor. Díaz de Mera no susurró nada desde la sala VOR, aunque Suárez reclamó un golpe cuando el ataque che empezó.
Con 0-1, la preocupación aumentó entre los de rayas horizontales, con la retaguardia pidiendo auxilio ante las cabalgadas valencianas. Cuando el descanso asomaba, Soldado sufrió una falta en la corona del área y Kenedy acudió con su bazuca. Gameiro, acompañante pasivo de la barrera, estiró la pierna en el tiro para tapar, pero lo que hizo fue 'colaborar' con un desvío que pilló fatal a Jaume, en las musarañas.
Puertas intentó recuperar la sonrisa con un centro que se hizo chut al rozar en Gayà y que obligó al vuelo fotogénico de Jaume. Suárez seguía errando con la pala, aunque compensando con un trabajo omnipresente en el apoyo y el robo. Tuvo un alumbramiento maravilloso en una lucha con Diakhaby, del que se deshizo con habilidad de anguila, para luego conseguir enfocar un disparo cruzado por unos palmos.
Cordero Vega elevó el listón en las pugnas, lo que aceleró las embestidas. Los alaridos fingidos dejaron de señalarse. Foulquier se disfrazó de Cafú en una subida con apoyo en Suárez y devolución para que el lateral encontrara el poste en su tiro de zurda.
Mangala abrazó a Germán en un córner pero el videoarbitraje pareció fuera de cobertura. Jorge Molina agitó el ataque por Soldado y en su primera asociación con Suárez, estiró y acompasó el pase para el cafetero, pero este siguió precipitado en las conclusiones.
Jason chocó con Domingos en una presión y recibió una exagerada segunda amarilla. Quedó con uno más el Granada, que pasó en minutos a ser dos más por la expulsión de Guedes, con la lengua larga. Con once contra nueve, Diego Martínez metió gasolina en la derecha, Quini y Soro para percutir hasta el final. La balanza dejó de estar tan descompensada al poco rato cuando Domingos segó un avance de Manu Vallejo. A priori, una amarilla anaranjada, pues no disputó balón, pero era en el ecuador del campo. Para el colegiado cántabro, una carta de deportación para el portugués.
Ante el desaguisado en el número de efectivos, a los rojiblancos les convenía la mesura para no flaquear atrás, con Neva de central impostado, y encontrar por pura paciencia una muesca definitiva. No había brújula y sí mucho atolondramiento. Soro, al cruzarse, 'salvó' al propio Valencia en una que trató de encajar Molina.
Tenía ganas el de Alcoy y fue el que derribó la resistencia ajena. Soro le centro y él giro el cuello como un periscopio, con Jaume petrificado, espectador de excepción de un cabeceo imperial. Galones de veterano para sacar a su equipo del atolladero.
Vallejo ingresó para colocar otro escudo y cada segundo hasta el final angustió como suele con marcadores comprometidos, con una 'pseudo' pelea a empujones entre Wass y Kenedy que, para sorpresa general, se despachó sin amonestaciones. Nada cayó del cimbreo valencianista en el añadido y el Granada cierra el año en la misma cómoda séptima plaza en la que acabó el curso pasado. Síntoma de regularidad y 24 puntos que son media permanencia. Otro triunfo histórico en esta era fantástica, que no frenó ni la pandemia.
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