Un Granada glorioso

El conjunto de Diego Martínez ha escalado a un cielo provisional ganado a base de buenas actuaciones y fiel a un estilo en ocasiones natural y otras veces fuera de toda ortodoxia. Han sido seis partidos con vida propia y un sello entre atrevido y atractivo. Nadie sabe a ciencia cierta cuál será su comportamiento ante el Leganés, su próximo rival, ni cuánto tiempo vivirá en las alturas, pero está entre los mejores del campeonato y, de momento, da muestras de madurez en este sinuoso camino de rosas.

Estos jugadores tienen caña y son cañoneros, de lo mejor de la Liga en la faceta rematadora, con un rico arsenal ofensivo que les ha permitido estar donde están. Así, bañado en la esencia de la pólvora, el equipo vive entre los mejores del campeonato, con un fuerte aroma ganador que no se antoja ya pasajero, ni mucho menos. Su capacidad realizadora hasta la fecha es asombrosa. El Granada, que se ha corregido mucho en defensa, entiende los encuentros a balazos y ve el área enemiga con facilidad. El conjunto rojiblanco tiene todo un arsenal en ataque. Es un equipo que ha convertido el gol en norma habitual, en un torrente que fluye de forma natural a partir del sacrificio y de la pegada. Esta fórmula, la apuesta por el fútbol y por el gol, representa una garantía para llegar muy lejos, para soñar con algo grande a final de curso. No obstante, en todo caso el equipo que dirige Diego Martínez está en el camino de batir muchos registros y su eficacia en el aspecto realizador lo convierte en uno de los mejores de la Liga en la actualidad como también de la historia granadinista.