Fernando Estévez vuelve a la medicina contra el virus
El entrenador de fútbol granadino, ex del filial del Granada entre otros equipos, hace frente al Covid-19 estos días tras su última experiencia en el banquillo del Burgos
Hay optimismo en la voz de Fernando Estévez al otro lado del teléfono, pese al cansancio acumulado. El entrenador de fútbol granadino, que vivió ... su última aventura en los banquillos al frente del Burgos de Segunda B hasta que fue cesado en octubre, regresó a la que considera su segunda profesión, la medicina, sin sospechar que lo esperaba toda una pandemia a la vuelta de la esquina. «Es lo que toca, forma parte de la responsabilidad del trabajo que eliges», se resigna, tras un año sin ejercer. Ha sufrido, sobre todo en la última semana de marzo, que fue «muy difícil». Más tranquilo tras la reapertura de San Cecilio y la estabilización de los contagios, mira al frente: «Ahora mismo lo más importante es la Sanidad, frenar el virus, pero mi ilusión es dedicarme profesionalmente al fútbol».
Fernando Estévez se desempeña estos días entre Gran Capitán, Zaidín y Chana, entre UCI móvil e interiores y el trabajo de ambulancia por las noches, siempre supeditado a las bajas de otros compañeros para organizar la cadencia de sus descansos. Asegura que la medicina, como montar en bicicleta, no se olvida. «Siempre he trabajado en Urgencias y estoy bastante habituado a ver cosas graves, a tener pacientes críticos. Me gustan el ruido, la batalla y los fregados. No es que esto no me asuste, porque me preocupa que afecte a los míos, pero lo asumimos como parte de nuestro trabajo. Atiendo entre ocho y diez casos de Covid-19 cada día, pero la actitud del 90% de los médicos es positivísima. Nos estamos ayudando más que nunca para hacerlo fácil», explica el granadino, con sus orígenes en Capileira.
Ha compaginado la medicina y el fútbol durante 16 años, formado en la Universidad de Granada mientras disfrutaba de su carrera como futbolista. «Fui buen estudiante y decidí ejercerla, es un colchón. Me gusta el trato con las personas y me considero un buen profesional. Pese a todo, he renunciado a tres plazas fijas por el fútbol, aunque me tachen de loco», señala Fernando Estévez, un apasionado de todo cuanto rodea a la pelota.
Como técnico ha dirigido a los filiales del Granada y el Almería, al Guijuelo, al Marbella y al Burgos. En total, seis temporadas en Segunda B. Durante sus dos últimas experiencias decidió dedicarse en exclusiva a entrenar. «En Marbella jugamos la fase de ascenso y al año siguiente cogí al Burgos, que estaba en descenso, y conseguimos salvarnos. Completamos una buena campaña e iniciamos para este curso uno de los proyectos más potentes de la categoría, con un gran presupuesto, pero no hubo sintonía con la dirección deportiva», lamenta Fernando Estévez, quien remarca que «de hecho el equipo ha seguido sin arrancar».
No quiso quedarse parado y decidió regresar a la Bolsa. Gracias a su experiencia, no tardó en reincorporarse como refuerzo en las Urgencias de Sierra Nevada, reubicado luego como interino cuando la estación cerró por la pandemia. «Hay estrés y nerviosismo en el ambiente pero al menos mi sensación es más bien de impotencia, porque hay mucha demora. Atendemos urgencias que no son por Covid-19 con limitaciones porque cuando trasladamos a un paciente que sí lo tiene la ambulancia se tiene que desinfectar durante dos o tres horas. Pasa lo mismo al ponerte y quitarte el traje de protección EPI. El protocolo es lento. Quieres actuar más rápido pero no puedes», comparte, más aliviado en los últimos días «gracias a la habilitación de San Cecilio y al comportamiento de los sanitarios, que agilizan todo a nivel operativo».
Estabilización
Fernando Estévez empieza ver cómo la cosa «se estabiliza». «No estuvimos tan saturados como en Madrid, pero estuvimos mal. Mis guardias empiezan a ser más llevaderas que las primeras. La gente está siendo más prudente de lo que esperaba y en breve tocará ser inteligentes a la hora de volver a la normalidad de manera progresiva, de hecho ya estamos controlando quién ha pasado la enfermedad», explica el médico y entrenador, quien apunta que la Covid-19 «no es una enfermedad agresiva en términos relativos –un 15% de los casos es grave– pero peculiaridades como la facilidad de propagación o el porcentaje de asintomáticos la complican». «Existe una estimación real de un millón de afectados, y si un 5% de los casos son de UCI, son muchos», atiende.
Lo que peor lleva es, sin duda, llevar más de una semana sin ver a sus críos, dos niñas y un pequeño de siete años. «Cuando voy de guardia pito al pasar por casa y me saludan por la ventana», confiesa Fernando Estévez, un médico implicado que sigue soñando con el balón.
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