El Granada despacha la Copa sin sobresaltos

En estas eliminatorias iniciales, los equipos profesionales tienen mucho que perder y solo un pase que parece obligatorio por ganar. Se juega en campos ajenos, pero el Cortes no pudo encerrar a los rojiblancos en el césped artificial de su campo, sino que por condiciones y opción a más taquilla se mudó al Ciudad de Tudela, con superficie natural y una grada más a la expectativa, sin generar la ebullición de una caldera. Nunca pareció creer en el milagro, hipnotizado por un Granada que supo rebajar la tensión. Con esta tesitura, el conjunto de Escribá no se destempló jamás. Se midió a un contrincante demasiado agazapado en el arranque y que luego trató de salir de la cueva con bastante timidez, sin mayor inquietud. Hasta el propio Cortes se disparó en el pie en un córner que reforzó el gol inicial de Weissman. Fue el único delantero espabilado porque su compañero, Diao, pasó muy desapercibido. Faye no tuvo mucho tiempo para mostrar palmito.

Vació Escribá el almacén de los repuestos. Solo repitió Ricard Sánchez de inicio, con el debut de Manu Lama y el retorno de Rodelas, esta vez como lateral izquierdo. Mantenía el tipo el central y subió mucho el joven de Alhendín, aunque los primeros en avisar a un portero fueran los del Cortes. De un córner mal ejecutado por el Granada surgió un contragolpe en el que Luca Zidane arrebató la gloria a Dani Salas. No tuvo más faena el de los guantes, que sí estuvo atento a intervenir con los pies cuando fue preciso.

Desde ese instante, el Granada calmó las cosas y pasó a una circulación más fluida con presión tras pérdida para que los anfitriones no se asomaran mucho ante la portería nazarí. Acaparó balones Corbeanu, que encara mucho pero produce menos de lo que debería, con salvas de centros a ninguna parte. Tiene arrojo cuando enfoca a un adversario, pero no siempre soluciona bien.

Se conectaba Manu Trigueros en tierra de nadie y los pases adquirieron inquietud para el Cortes. En uno vio a Ricard Sánchez, quien cruzó un latigazo que salvó Raúl Casaus. Hubo un córner que peinó Ignasi Miquel y Diao no supo mandar el balón a la red.

Trigueros sacó del horno más dulces para sus compañeros. En un envío combado, Weissman buscó una chilena. Al israelí le encanta conectar esféricos en su hábitat natural, el área, siempre al primer toque, como mostraría después.

Rodelas partía como defensa, pero subió mucho por la izquierda. Puso un buen centro que Trigueros no llegó a concluir. Después, sirvió en bandeja para que Weissman, desde el primer palo, subiera el gol al marcador. El israelí celebró como suele.

Lahuerta reclamó un agarrón de Ricard al filo del área que el árbitro no consideró penalti. El Granada dominaba, pero le faltaba meter una marcha más, mejor desequilibrio, aumentar la contundencia.

La segunda parte, sin retoques, asomó con un Cortes asumiendo riesgos para intentar empatar y un Granada demasiado barroco en sus llegadas, con un abuso del pase cuando podía pegar directamente a meta en ciertas situaciones.

Casaus impidió que el segundo gol lo firmara Corbeanu. Weissman buscó su doblete algo más tarde. Escribá trastocó las bandas con Tsitaishvili y Pablo Sáenz y el exrecreativista, que jugaba en su tierra, mandó un centro al larguero en su primera intervención. Tuvo que ser el propio Cortes el que se anotara. Un saque de esquina rojiblanco que Salas cabeceó involuntariamente hacia su arco sin que Casaus pudiera impedir el fallo.

El 0-2 parecía una invitación a la fiesta para los delanteros, pero Siren Diao siguió en paradero desconocido, anulado siempre, con una diana en fuera de juego en su haber. Salió por él Faye, punta del filial, y descansó ya Trigueros para que tuviera unos minutos Gonzalo Villar. El murciano le hizo una concesión a Ricard pronto, pero su remate en plancha no encontró la red.

Faye generó un lanzamiento notable tras girarse en las inmediaciones del área, pero el Granada no quiso hacer más sangre, que viene un calendario terrible. Dio lugar a que debutara también Lucas Pérez, otro pupilo de Jon Erice en el Recreativo. Para esto está la Copa cuando los encuentros se abordan como trámites. El Cortes no dejó heridas.