El Granada cuestiona pero no frena al líder
El Atlético de Madrid se lleva los puntos de Los Cármenes en un partido competido que se escapa para los locales por varios chispazos
Rafael Lamelas
GRANADA
Sábado, 13 de febrero 2021, 19:09
El Granada cuestionó al líder pero no pudo frenarlo. El Atlético de Madrid se llevó tres puntos de Los Cármenes y continuó con su travesía ... hacia el título, a veces tortuosa, a costa de unos rojiblancos de rayas horizontales que compitieron como siempre, aunque sin conseguir atar en corto el potencial del contrario. Los de Diego Martínez aguantaron bien organizados al principio y achucharon con el resultado abierto, sobre todo tras reaccionar con el empate a uno. Fueron reprendidos por los chispazos de los visitantes, en un día en el que Luis Suárez, el forastero, se quedó seco, pero no sus compañeros de fatigas. La cita al menos permitió que los locales recuperaran efectivos de cara al encuentro del jueves, en la Europa League, frente al Nápoles.
Granada
Rui Silva; Foulquier (Domingos Quina, m. 79), Domingos Duarte, Germán Sánchez, Vallejo, Carlos Neva; Yan Eteki (Yangel Herrera, m. 58), Montoro (Gonalons, m. 69); Kenedy (Antonio Puertas, m. 69), Machís (Soro, m. 79) y Jorge Molina.
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Atlético de Madrid
Oblak; Carrasco, Felipe, Savic, Hermoso, Saúl; Kondogbia (Vrsaljko, m. 46), Koke, Marcos Llorente; Correa y Luis Suárez.
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GOLES 0-1, m. 63: Llorente; 1-1, m. 66: Yangel Herrera; 1-2, m. 75: Correa.
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ÁRBITRO Mateu Lahoz (comité valenciano): Sin amonestados en los locales; y amarillas a los visitantes Luis Suárez (m. 39), Saúl (m. 43), Koke (m. 89) y Carrasco (m. 90).
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INCIDENCIAS Partido correspondiente a la jornada 23 de LaLiga Santander, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes, sin público en las gradas.
Los Cármenes se tornó pronto en un pueblo del salvaje oeste, solo apto para tipos duros. En tres disputas, tres faltas seguidas del Atlético. No hubo amarillas porque el sheriff era Mateu Lahoz, que tolera mucho, lo que beneficia al ritmo de juego, pero parlamenta de más cuando tiene que repartir explicaciones, con lo que termina ralentizándolo. No le gusta que se le vayan los partidos y le agrada sentirse partícipe al valenciano, cuando no protagonista. Se lo rifarán las radios cuando se retire a pontificar sobre arbitraje.
El Granada, con tres centrales, se topó con un espejo, pues el Atlético formó igual. Con ese amarillo reflectante que habría soliviantado a Luis Aragonés, el conjunto del Cholo diseminó a varios elementos imprevisibles para romper la zona de detección de los rojiblancos. Carrasco apareció por dentro y fuera, igual que Llorente, aunque al final todo desembocaba en Suárez, ese agitador enrabietado que quiere el título, el pichichi y comerse todo el asado.
Correa también flotaba en la zona de los forajidos y chutó muy alto en un acercamiento. Más clara fue una llegada de Neva con Llorente. El balón le hizo una travesura al visitante y se le quedó servido al gaditano. Vio a Molina, conectó con él y este chutó, pero Savic resguardó a Oblak. El guardameta se quejaría después, sin razón, de un topazo con Germán en un córner, que se le adelantó pero no pudo desviar la bola hacia la red.
Se imponía un orden militarizado bajo la instrucción de dos generales con el mismo nombre. «Hablan los Diegos. El resto, callaos», soltó Mateu a los ayudantes de Martínez, pues de todo está pendiente, hiperactivo. Para todo tiene argumentos, aunque a veces se cansa de que le rebatan y también amonesta, como le pasó a Suárez tras un córner en el que parecía dispuesto a darle consejos sobre cómo preparar el mate.
El uruguayo era un incordio para la zaga nazarí, cansino por su fijación con la portería y por sus continuas protestas. Vallejo se empleaba a fondo en el corte. Acribilló a Rui antes del descanso, pero el portugués llevaba chaleco antibalas. Después insistió con una volea que expulsó el larguero, ya en la segunda mitad. Simeone ya había modificado su propuesta con Vrsaljko en el lateral diestro, acumulando tropas en el centro.
Respondió el Granada a balón parado, con un finalizador inesperado en Eteki, que empalmó bien un balón pero se le marchó con algo de altura. Kenedy empezó a inventar e hizo crujir la cintura de Hermoso en un culebreo hasta ver al lado a Foulquier. Centró el francés pero Molina no pudo orientar el balón con la derecha, demasiado saltarín.
Salió Herrera, pasada la página de la covid, y enseguida hubo un saque de esquina en el que Suárez, solo en una recepción, se desmoronó como su compatriota Abreu en su día cuando lo difícil parecía fallar el tiro a puerta. Neva regaló un balón al tratar de orientárselo para atacar y desencadenó una llegada rival en la que Koke divisó a Llorente sin atadura por la linde del área. Achicado como carrilero al comienzo, su entrenador liberó a una de sus grandes amenazas y este soltó un zurdazo que rascó la base del poste.
Reaccionó de inmediato el Granada desde el banderín. Montoro botó un córner que el Atlético lo rechazó pero Molina acudió con vista para localizar luego a Herrera. Chutó y colaboró Felipe en un desvío que despistó del todo a Oblak. El venezolano celebró su negativo en coronavirus con un positivo en el test de embarazo de su pareja. Un balón bajo la camiseta y pulgar como chupete, pistas inequícovas. No había que ser Colombo. Con el propio Yangel y ya con Gonalons, la medular rojiblanca adquiría mayor presencia. Puertas también intervino y se batió en una carrera generosa con Carrasco para proteger el rancho. El Atlético azotó para volver a adelantarse. Correa pretendió un tiro raso pero le salió curvo al pasar por el pie de Vallejo, convirtiéndose en una vaselina.
Salió Soro por Machís, para no agotar más a algunos que necesitarán energía el jueves con el Nápoles, y debutó Domingos Quina, con maneras intrépidas aunque algo dislocado. Sonó la corneta, Germán se descolgó en ataque y se empezó a pugnar con espadas al viento pero sin escudo atrás. Suárez se acabó yendo de vacío errando un mano a mano con Rui. Mateu interrumpió la tensión con tres pitidos cortos, concluyentes, para que Simeone se fuera por la bocana al sprint y el Granada se felicitara por el esfuerzo. Baldío en puntos pero regenerador respecto a sus convicciones. Actuando con esa seriedad, con los mejores baluartes, con otros oponentes el asunto de dirimirá de otra manera. Este Atlético huele a campeón y tiene las armas y la suerte cuando toca para no desviar su rumbo. El Granada, tras un encuentro propio del 'calcio', ya piensa en napolitano.
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