Análisis

El Granada y el contraste con el Oviedo

El exfutbolista serbio, con pasado como jugador en el Carlos Tartiere, encadena una racha de 14 puntos de 18 posibles, ganando al Málaga, Racing de Ferrol y Levante en casa y al Huesca fuera el pasado finde y cediendo apenas dos empates en Eibar y Córdoba.

De repente, el Oviedo no solo ha mejorado su perfil competitivo, sino que mira sus opciones de alcanzar el segundo puesto y ahorrarse las eliminatorias. Está cuarto, a dos puntos del Levante (al que se impone en el golaveraje particular), con el Racing de por medio a una unidad como su rival la próxima jornada.

Aquel día que sentenció a Calleja, Fran Escribá agregó una vida extra. Su expediente venía emborronado tras la derrota en Cádiz, en un partido marcado por el gravísimo error de Hongla en una cesión a Mariño, pero también por la incapacidad en la segunda parte. Los rojiblancos, además, venían de una salida anterior catastrófica en Córdoba, concluida con un 5-0, con una victoria de trámite en medio ante el Racing de Ferrol en casa.

Pero ante el Oviedo, el Granada ofreció una versión notable, doblegó a uno de los llamados rivales directos y Escribá disipó las conjeturas sobre una posible destitución. Sin embargo, los puntos se volvieron a ir por el sumidero en Tenerife pese a adelantarse en el marcador. Un golpe de fortuna de los chicharreros equilibró el encuentro y una jugada desdichada trastocó todo. Rebbach perdió un balón clave, en la contra local Manu Lama hizo una falta aparatosa que le costó la expulsión y, en el lanzamiento, Luismi Cruz materializó el 2-1, irreversible para el Granada.

De nuevo, las dudas, pero otra vez más, los nazaríes dieron un golpe en la mesa en Los Cármenes ante el otro teórico 'coloso', el Almería, al que derrotaron por 3-1. Llegaron dos viajes, a Albacete y Cartagena, con actuaciones cuestionables, durante una hora en el Belmonte y en los primeros veinte minutos en Cartagonova, pero irrumpió el mejor Mariño bajo palos hasta que sus compañeros supieron encontrar el camino del gol.

El Granada volvió a su hogar con más recaudación que fútbol, en el sexto puesto. Su juego se atoró ante el Elche, el líder, que aplicó su fórmula de posesión 'conservadora' del balón. Los rojiblancos, pese al contexto bastante plano, pudieron ganar si Boyé hubiera materializado el penalti que mandó a la grada.

Escribá se plantó en La Rosaleda con el conjunto tipo de las últimas semanas, apenas con Brau por el lesionado Neva. Tres centrocampistas, pero no Manu Trigueros entre ellos, apenas reactivo salvo en Cartagena, sin minutos con el Elche. Por desgracia para el valenciano, nada funcionó en Málaga ante unos blanquiazules que sortearon la tímida presión granadinista con envíos precisos, unos algo directos y otros pasando por Larrubia.

Un encuentro se divide en pequeños duelos individuales. En casi todos se mostraron imponentes los de la Costa del Sol hasta el descanso. También en muchos después. Escribá prefirió entonces su 4-4-2 genuino, con un Borja Bastón que evidenció que sigue sin estar para algo más que un rato. Cuando Trigueros sí ingresó, aunque en un doble pivote, algo más generaron los rojiblancos, sin alardes. El Almería consumó el desalojo del 'play off'.

El club evita de momento un nuevo giro en el banquillo, aunque la intranquilidad sea notoria. Quedan cuatro finales y lo normal es que las aborde Escribá, pese al ejemplo del Oviedo. La cuestión no es solo si el técnico será capaz de tomar medidas drásticas y remontar la situación. La pregunta es si existirá 'otro' Paunovic por ahí.