El Granada acelera en pos de dos fichajes

El club está intentando acelerar para contar, desde febrero, con dos nuevos elementos, aunque en vistas de las circunstancias puede que no se cumpla este deseo, al menos en plenitud. A las dificultades inherentes a hacer contrataciones a mitad de temporada se han unido ciertas discrepancias entre los criterios de la dirección deportiva y la propiedad, con querencia hacia los jóvenes. Sin que esté muy claro quién asesora en estos menesteres al consejo de administración, sí consta que alguna gestión en curso se ha estropeado por las dudas surgidas entre personas ligadas a la empresa DDMC, dueña del Granada. Esto no significa que al final no se vaya a liberar dinero para agregar integrantes a la plantilla, como es la intención, pero el grado de autonomía de la cúpula de mando local ya no es como antes.

En cualquier caso, esta falta de sintonía puede ser reconducida aún en el plazo que queda para incorporar novedades. No hay un margen descomunal de dinero pero sí apreciable en el tope salarial del club, aquel que permite el gasto en traspasos y salarios. Parece poco probable que el Granada acometa una compra de derechos deportivos ahora y que sí abogue por cesiones. En algunos casos, pueden llevar consigo opciones preferentes de pago en el futuro cercano (así es con Yangel Herrera, de 20 millones de euros) o adquisiciones obligatorias en caso de darse una serie de objetivos (como pasó con Gonalons y Foulquier en su momento, por los que tuvieron que soltar cuatro y algo más de un millón, respectivamente, en el pasado periodo estival). Fórmulas imaginativas, frecuentes en el fútbol de hoy en día, que permitan contentar a Diego Martínez. Ya ha reflejado la necesidad de sumar a futbolistas «de nivel» y que tiene que ser «ya», porque el plazo expira el día 1 de febrero.

Como suele ocurrir, hay mucho sigilo en los movimientos de los rojiblancos. El secretismo y la rapidez de actuación son códigos habituales de la dirección deportiva, que sabe que el poco ruido actúa a su favor. El problema estriba en que conforme se acerca la hora límite, el escenario suele ser inesperado. Pueden aparecer oportunidades inesperadas con futbolistas que de repente quieren salir de sus equipos o estos varían su criterio y aceptan marchas que al principio rechazan. Pero también puede ocurrir que la oferta sea escasa y que el 'catálogo' se limite a futbolistas sin apenas participación, cuyos agentes mueven a última hora. Ejemplo de ello fue Gil Dias el pasado enero, aunque al final el portugués tuvo cierta utilidad en la rotación del equipo por las bandas.

De los sondeos para el mediocentro, hay alguna opción que se ha caído ya y que no ha trascendido. Para el lateral izquierdo, el abanico se va cerrando y otros rivales de Primera que vigilaban para captar en la misma posición han resuelto sus situaciones.

Uno cercano es Osasuna, que se llevó a Manu Sánchez, joven lateral zurdo del Atlético de Madrid por el que también preguntó el cuadro nazarí. Este domingo fue titular, aunque pasó una mala sobremesa con Kenedy, que le hizo más de un roto. Fue retirado al descanso. Otros conjuntos de la máxima categoría también han resuelto sus deseos en ese flanco. El Elche se llevó a Johan Mojica y el Celta, próximo rival de los rojiblancos, a Aarón Martín. Sueltos están aún Junior Firpo, del Barcelona, aunque en principio se quedará en el equipo azulgrana (además de contar con otro pretendiente poderoso en el AC Milan).

De los posibles de la agenda rojiblanca, quedan Jonathan Silva, del Leganés, que pretende salir del cuadro pepinero pero este exige un traspaso; y Jaume Costa, del Villarreal, cuyo entorno calificó de «inviable» su salida del Villarreal, aunque en fútbol estas cosas pueden variar en un abrir y cerrar de ojos.