«Tengo ganas de derrotar al cáncer; no pierdo la ilusión de volver a jugar al fútbol»
El motrileño, que pasó por Granada y Racing, rivales este sábado, es ejemplo de entereza ante el tumor, que está «controlado» tras meses duros
Rafael Lamelas
GRANADA
Viernes, 19 de agosto 2022, 00:21
Una sonrisa surca el rostro de Nico Hidalgo cuando se le habla del partido de este sábado. A menos de 50 kilómetros de 'su' Motril, ... se enfrentarán dos de los clubes que marcan su carrera. El Granada, del que fue canterano durante cuatro temporadas, se mide al Racing de Santander, en cuya plantilla profesional militó durante dos cursos, logrando en el primero de ellos el ascenso a Segunda. Nico estará entre el público en Los Cármenes, donde reapareció para recibir un cálido homenaje en el trofeo de presentación del equipo. Pepe Macanás le obsequió con una camiseta enmarcada que lucía su característico '7' a la espalda, su dorsal en el Granada B –ahora Recreativo–. «La dirección tuvo un detalle muy bonito conmigo. Esta fue mi casa y la sigo considerando como tal. Fue precioso, sobre todo para mi familia», cuenta para IDEAL. Ese gesto tuvo un motivo destacado, de ánimo. Hace un año, Nico descubrió que sufre un cáncer de pulmón con metástasis en los huesos. La enfermedad ha cambiado la vida de este chico de solo 30. Tras meses complicados, mira todo con mayor optimismo. El tumor está «controlado», en sus propias palabras, y se siente mejor. «No pierdo la ilusión de volver a jugar al fútbol», expresa.
Solo sus más íntimos sabían lo que le estaba ocurriendo al principio, tras conocer el diagnóstico. Amigos como Antonio Puertas, que era su compañero de piso cuando coincidieron en el filial rojiblanco. Le invitó el pasado enero al partido con el Barça que el Granada empató en los minutos finales con gol del almeriense, que le dedicó la diana. «Es de los mejores amigos que tengo en el mundo del fútbol. Ha hecho un gran esfuerzo quedándose en Segunda. Es un referente para el granadinismo», alaba.
Un tiempo después, fue Jesús Candel, el médico conocido como Spiriman, el que desveló la situación en un tuit en el que se veía a Nico entrenar en la Unidad de Apoyo a Pacientes Oncológicos (UAPO). Spiriman confirmaba que sufrían la misma enfermedad, pero reflejaba la mejoría de Nico a través de la actividad física. Fueron muchos los periodistas que le contactaron para contar su historia, pero él prefirió esperar a un momento más propicio. Él estaba mentalizado para la repercusión, pero sabía que su entorno sufría. Ahora, con la situación más encarada, se siente mejor para contar su historia.
«He vuelto a ser Nico Hidalgo», abunda. «Hasta yo me echaba de menos», añade con buen humor. «Estoy contento. Van llegando buenas noticias y mi ánimo está mejorando. Me encuentro bien y con ganas de derrotar al cáncer, que es lo fundamental. A seguir con la vida. A estar muchos años aquí», resalta.
A Nico se le juntaron muchas cosas. Militaba en el Extremadura, un equipo en el que se había encontrado problemas de impagos, que le preocupaban. Empezó a sufrir algunos síntomas que parecían convencionales: tos, cansancio y pérdida de peso. Lo achacaba a la incertidumbre con el contexto económico de su equipo, pero «el tema iba a más». «Sufrí recaídas de lesiones musculares cuando yo no era propenso a ello. Era todo muy raro y decidí hacerme pruebas. Fue entonces cuando conocí que padecía cáncer de pulmón», recuerda.
«Fue un jarro de agua fría. Cuando te dicen algo así, jamás estás preparado. Yo no fumo, me he cuidado toda la vida, me dedico al deporte, y es difícil de asimilar algo así», reconoce. Encontró el apoyo incondicional de familia, pareja y amigos. «Han estado conmigo arropándome, me han ayudado mucho. Han sido un apoyo indispensable», extiende. «Los tratamientos son muy agresivos. Te cuesta cualquier rutina, como cambiarte de ropa. Es difícil, también mentalmente. Te ataca en lo físico, pero sobre todo te cuesta hacerte a la idea de lo que te ocurre. Lo bueno es rodearte de gente que te anime y en eso he tenido suerte», insiste. Una pastilla ha sustituido a la quimioterapia y se va encontrando cada vez mejor. «La enfermedad, dentro de lo que cabe, está más o menos controlada. Tengo mucho camino por recorrer, pero pienso que estoy en el bueno. Trato de llevar una vida saludable. Espero estar muchos años», afronta. Ahora está dedicado a él mismo. Entrena por la mañana, practica crossfit o sale a correr y acude a la UAPO un par de veces por semana, aunque en agosto ha descansado. «Paso tiempo con la familia, que he estado mucho tiempo fuera», remacha.
Su sueño es volver a jugar al fútbol de manera profesional. «No pierdo la ilusión de practicarlo», reafirma. Cuando pasa mucho tiempo de pie, las articulaciones se le inflaman, pero este tipo de molestias han ido a menos y su propia médica le recomienda que vaya 'escuchando' a su cuerpo. «Si no puedo volver, sí me gustaría continuar con algo relacionado con el fútbol», agrega. Aunque tiene hasta el nivel II de entrenador, preferiría dedicarse a labores de analista. «Me gusta mucho esta faceta», subraya. Quizás pueda ser una salida en su 'casa'.
Nico conformó con Puertas y Machís un arco de mediapuntas colosal en el filial del Granada. Con el almeriense disfrutó del ascenso a Segunda B. Sus dos compañeros ampliaron su carrera en la élite. Nico, sin embargo, solo disputó un partido con el primer equipo, en Copa del Rey en la temporada 2014/15. Tampoco logró el deseo de jugar en Primera en otro lugar: «Te das cuenta de que las circunstancias a veces no acompañan, aunque yo también habré tenido mi parte de culpa. Seguramente, tenía que haber aprovechado más las oportunidades. Tengo esa espinita clavada porque creo que tenía cualidades para poder haber estado, pero las cosas no se dieron».
Sí pudo jugar en Segunda. Primero en el Cádiz, club al que se marchó tras dejar el Granada, y luego en el Racing: «En Santander estuve dos años, de los mejores de mi carrera. Tengo grandes amigos allí y alguno todavía en la plantilla, como Iñigo, que estaba en el filial, y Camus. También gente del cuerpo técnico, como fisios y el médico». Con los cántabros logró el ascenso a Segunda y luego volvió para competir en la 'división de plata', como le ha ocurrido ahora al equipo. «La afición tenía muchas ganas. Llevaban unos años en Segunda B y eso siempre es complicado para un histórico. Se dio todo bien; quedamos campeones y subimos. Fue increíble. Miles de personas por las calles en una ciudad, como Granada, en la que se respira fútbol», rememora.
Vio tanto al Racing como al Granada la pasada jornada. «El Racing no mereció perder. Era un partido de 0-0, pero pero un filial siempre es peligroso por la calidad que tiene y en dos llegadas resolvió todo. Como no estés concentrado en los 96 minutos que duran los encuentros, pierdes», opina. Al Granada lo vio «muy bien» en Ibiza. «Es verdad que en fútbol defender es fundamental, pero creo que lo que marca la diferencia en este equipo es el abanico de jugadores arriba. Cuenta con muchísimos registros. Es una delantera de Primera y eso te da un plus», elogia.
Mientras sigue cuidándose, Nico espera cobrar las cantidades pendientes de su etapa en el Extremadura. «Quizás estaba mal acostumbrado. En Almendralejo, aunque el lugar está muy bien, me encontré un club con problemas. No cumplieron con los pagos y luego era una mentira tras otra… Encima, no nos dejaban salir. Lo pasé bastante mal. La Federación se hizo cargo de una parte del pago, pero a la mayoría nos deben más de la mitad de lo pendiente», comparte. «Esperemos que no se demore mucho», desea.
Volviendo al partido, espera un choque equilibrado. El cariño es indudable por los dos clubes en liza. «Pienso que los valores son lo más importante en la vida. A mí me gusta ser una persona respetuosa, implicarme y tratar de estar a gusto. Conmigo se han portado muy bien en Granada, Cádiz y Santander. Yo traté de devolverles esa confianza», concluye este guerrero.
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