Ganar fuera de casa en Liga, la última frontera

La última vez que se impuso en otro verde fue en la jornada cuatro, en Balaídos ante el Celta, por 0-2, en aquel encuentro en el que los vigueses sufrieron dos expulsiones en la primera mitad. Dos semanas después, el 24 de septiembre, los rojiblancos consiguieron el último empate a domicilio; fue ante el Valladolid, que se adelantó pero vio cómo Carlos Fernández equilibraba el duelo. Desde entonces, todo ha sido un erial en el campeonato de la regularidad. No así en la Copa del Rey. En el torneo del KO fraguó cuatro triunfos lejos de su campo, aunque ante rivales de inferior categoría: L´Hospitalet y Tamaraceite, de Tercera; y Badalona y Badajoz, de Segunda B.

En esta secuencia negativa hay que considerar varios factores. El principal está en que, en este largo periodo, el Granada se ha desplazado a estadios de clubes situados en la parte alta de la clasificación en la mayoría de casos, con tres excepciones en aquellas fechas. Cuando visitó el Coliseum Alfonso Pérez y Mestalla, tanto el Getafe como el Valencia estaban por detrás en la tabla. Los nazaríes eran segundos el día que se midieron a los azulones, por entonces undécimos, que lograron un 3-1; y sextos en la pugna con el conjunto del Turia, que se anclaba aún en la decimotercera posición, pero que respondió con un 2-0. El tiempo les ha puesto por delante en el escalafón: terceros los de Bordalás, séptimos los de Celades.

El otro caso en el que el Granada se enfrentó a un contrincante por debajo en el ranking fue ante el Eibar. En el pulso disputado en Ipurua, los de Mendilibar se llevaron los tres puntos (3-0). Es el único adversario que le ganó y sigue a rebufo de los rojiblancos, actuales novenos; los vascos son decimosextos.

El resto de compromisos fueron en canchas tan complicadas como Bernabéu (4-2), San Mamés (2-0), Camp Nou (1-0), Sánchez Pizjuán (2-0) o Wanda Metropolitano (1-0). En todos ellos, el equipo compitió con dignidad y hubo momentos en los que pudo conseguir algo más. Ante el Madrid, tras ir perdiendo por 3-0, llegó a ponerse con un inquietante 3-2 a pocos minutos del final. En Bilbao, aquel polémico penalti de Domingos Duarte a Raúl García, previo empujón del centrocampista, abrió la espita de la derrota. El tropiezo en Barcelona no se habría entendido sin la cuestionable expulsión de Germán, mientras que el resbalón en Sevilla sí estuvo sustentado en la superioridad del cuadro de Lopetegui. Con el Atlético de Madrid, tras un tanto precoz de Correa, el Granada estuvo a un paso de equilibrar las cosas durante un meritorio acto final en el que Jan Oblak tuvo que hacer su aparición para no firmar las tablas.

A pesar de que el grupo suele dar la cara, tiene otra preocupación al empacar las maletas. Se trata de su escasa efectividad. En Copa ha anotado diez dianas en cinco partidos fuera, pero en Liga sólo ha marcado cuatro después del éxito ante el Celta. Con anterioridad, incluyendo el encuentro en tierras gallegas, sumaba nueve, por los cuatro goles en Villarreal, los tres en Cornellá y los dos frente a Iago Aspas y sus compañeros.

A Diego Martínez no le obsesiona esto en demasía. Sabe que cada cruce es una historia distinta y que ha mantenido a raya a los rivales directos. Al Espanyol le venció tanto en la primera como en esta segunda vuelta que ya afronta, mientras que el 'goal average' también es rojiblanco con el Valladolid tras el 1-1 del arranque y el 2-1 reciente. A Osasuna le ganó en Los Cármenes por 1-0 (gol de Domingos Duarte). Son detalles a tener en cuenta a la hora de una posible igualdad de puntos. El Granada es noveno, con 33, y los navarros undécimos, con 31. Ambos parecen lejos de la zona de descenso, cuyo corte está en 21, pero a falta de catorce jornadas queda mucha tela por cortar.

En el balance histórico cabe recordar dos victorias sonoras de los nazaríes en El Sadar durante la anterior etapa en Primera división. Se obraron en dos campañas consecutivas, la 2012-13 y la 2013-14, en ambas con el mismo marcador, 1-2. Es el camino a seguir ante unos rojillos que intentan recobrar la compostura ante los suyos. En el ejercicio pasado, en Segunda, estuvieron intratables rodeados de su afición. El Granada, por su parte, anduvo entre los mejores cada vez que hacía una gira por el país. El asunto ha cambiado en la máxima categoría. Si los rojiblancos suman, mantendrán o agrandarán la diferencia con los de Arrasate. Si los de este se alzan, darán el zarpazo. En el equipaje, al 'Chamán' y su gente les toca llevar biodramina para el mareo por si acaso. Algo les toca hacer ya.