El futuro de los JJ OO puede condicionar el de Vallejo

El primero, el de no participar en unas Olimpiadas que siempre resultan un atractivo escaparate para buscar un nuevo equipo o, en el caso de Vallejo, tratar de hacerse de una vez por todas con un hueco en la zaga del Real Madrid.

Ahora, el joven defensor sabe que no las jugará este verano y la posibilidad de que lo haga el siguiente está en el aire. Cumplirá a principios de 2021 los 24 años que, según la regla actual, no le permitirían jugar a no ser que sea una de las tres excepciones, jugadores mayores de 23 que el técnico puede convocar. Con muchos compañeros de su generación en el mismo escenario, lo más probable es que se pida al COI poner el límite en los 24 años.

El central no escondió su deseo de acudir como parte de la selección olímpica española al país nipón, donde los de Luis de la Fuente eran candidatos a medalla. No era un secreto que la generación de los Ceballos, Oyarzabal, Unai Simón y Vallejo sería la base, se lo habían ganado un año antes con el oro europeo. «Los Juegos Olímpicos hacen mucha ilusión a cualquier jugador», declaró en su presentación como rojiblanco.

Había llegado a Los Cármenes para retomar el sendero hacia Tokio. Jesús Vallejo estaba destinado a ser uno de los hombres importantes, fijo en la sub-21 desde hace dos años. Así, De la Fuente le entregó el brazalete para capitanear al combinado nacional en Italia y Malta, donde España se consagró de nuevo campeona de Europa sub-21.

El central fue seleccionado en el mejor once del campeonato y atrajo la mirada de muchos equipos, sabedores de que el Real Madrid no le hacía hueco en su plantilla. El que más insistió por él fue Nuno, el técnico del Wolverhampton. Con la esperanza de brillar en la Premier, hizo las maletas para una aventura que terminó pronto, con actuaciones poco convincentes y varias lesiones que lastraron su capítulo británico.

Su etapa en la sub-21, superada la edad, había terminado, por lo que su billete a los JJ OO pasaba por sumar minutos de nivel en algún equipo. Ahí apareció el Granada, con un agujero en su zaga debido a la lesión de Neyder, con variantes tácticas que justificaban su llegada y una buena relación con el club blanco.

En Granada ha encontrado un hábitat favorable y una afición deseosa de verle crecer. Con grandes noches como la vivida ante el Valencia o su buen partido frente al Celta, la competición ha parado cuando se asentaba su adaptación. Una vez conocido el club, feliz en el vestuario nazarí y con una temporada 20-21 posiblemente muy comprimida, si el COI permite jugar al fútbol en Tokio a los de 24 años, gana enteros ver a Vallejo en Granada un año más.