«Duele muchísimo perder estos dos puntos, pero es fútbol»

Con todo, Escribá trató de contextualizar los hechos y sus consecuencias. «Teníamos la victoria en la mano y se nos escapó, y seguro que echaremos de menos estos dos puntos a final de temporada, pero es fútbol y tenemos que saber sobreponernos a estas cosas y no quedarnos llorando. También nosotros ganamos dos puntos de repente con el Córdoba en el descuento», recordó. «Mi lectura, aun así, fue que el equipo compitió fenomenal con uno menos otra vez. Ellos fueron más peligrosos durante los 20 primeros minutos que durante los 70 posteriores», subrayó.

El entrenador del Granada no quiso achacar los dos goles del Zaragoza a errores de concentración ni las sustituciones en sus filas sino que «llegaron de la nada». «Puede que hubiera algún desajuste, pero en un saque de esquina en contra a última hora mientras ganas con uno menos lo normal es que entren a rematar más jugadores de los que defienden. Y creo que los cambios eran lógicos y que no perjudicaron al equipo», defendió, justificando luego el de Abde Rebbach por «un mareo sin más importancia al descanso».

Tampoco creyó que tuviera «nada que ver con el resultado» que Loïc Williams acabara el partido pese a sus molestias físicas. «Era una cuestión más bien de cansancio por hacer esfuerzos de lateral pero le dejamos de central al meter a Rodelas. Afortunadamente está bien», indicó. Acerca de la modificación táctica previa, al pasar al zaguero directamente a la banda, explicó: «No fue por problemas defensivos sino ofensivos, porque nuestra idea era encontrar a Abde entre líneas pero no lo estábamos consiguiendo y perdíamos el balón con facilidad. Cambiamos pensando que Loïc no nos iba a dar profundidad pero sí asociación y salió bien. Contemplábamos todas las opciones».

No fue ajeno Escribá a la polémica arbitral pese a no gustarle hablar sobre los colegiados. «La expulsión de Gonzalo Villar vino condicionada por una falta previa sobre él que además pitó aunque luego él entrara fuerte; le compartí mi opinión al árbitro, que fue muy respetuoso, pero me dijo que era roja clara», apuntó. Sí compartió su indignación, en cambio, con la de Stoichkov durante la trifulca final: «Protestó como todo el mundo, pero el línea pidió que le echara directamente sin haber dicho nada grave sino exclusivamente por protestar a escasos centímetros de su cara pero vi ya las imágenes y en ningún caso se acercó a más de un metro. Pudo echar a siete de cada equipo por eso. Fue ridículo, con lo que condiciona de cara al partido siguiente después de haberse estropeado ya este».

Preguntado por Lucas Boyé, el valenciano le recompensó que «trabajó aún más de lo que suele al echarse Stoichkov a banda» y eso que «siguen sin pitarle faltas aunque le muerdan como el jugador más noble del fútbol español al no simular nunca». «También Lama y Rubio estuvieron muy bien. No me gusta analizar de forma individual, pero no creo que nadie hiciera un mal partido esta vez; ni tan siquiera los que salieron desde el banquillo. No tengo ninguna queja porque mis futbolistas dieron lo máximo», sostuvo.

«El vestuario está vacío en cuanto a la sensación de haber perdido, pero vamos a trabajar para hacerles ver que están fuertes», insistió Escribá. «Soy optimista, aunque entiendo que no apetezca serlo porque parezca que siempre pasa algo, pero el equipo lleva un mes en buena línea a falta de encadenar dos victorias y no se llevó estos tres últimos partidos por detalles y con merecimientos incluso con diez. Debemos pensar en positivo porque nos queda tiempo de sobra para aspirar a todo; sigo confiando en el ascenso, y no me gusta tener pesimistas cerca», resaltó, aun admitiendo que al equipo «le está costando dar el salto que quiere» en la clasificación.