Fran Escribá acabó resignado al empate contra el Mirandés en Los Cármenes. «Hicimos algo más que ellos por ganar, pero el empate no fue injusto. ... Fue un partido muy difícil, y nos faltó algo más de fluidez y quizás desborde por fuera porque nos costó encontrar huecos. Le pasa a muchos equipos contra este rival porque acumula mucha gente cerca del área y se hace difícil encontrar situaciones de remate limpio», reflexionó el entrenador del Granada. «Obviamente no nos vamos satisfechos, pero no tengo nada que reprochar al equipo porque lo hicimos todo por ganar aunque no acertáramos», concluyó.
«El Mirandés propuso un partido muy trabado y defendieron el área con fuerza sabiendo que jugamos con dos delanteros; de haber marcado alguna, ellos tendrían que haber dejado más espacios. Aun así, no fue uno de esos partidos en los que sí fuimos superiores con claridad aunque nos faltara acierto en el área, como contra el Burgos», lamentó Escribá. «Tuvimos varias recuperaciones arriba en la primera parte y arreones en la segunda, pero con pocas ocasiones, y a ellos les parecía bien el punto a falta de llevarse otros dos en alguna jugada a balón parado. Buscamos frescura con Rubén (Sánchez) y Chiqui (Rodelas), con tres delanteros por dentro, pero ellos refrescaron sus carriles y nos defendieron bien», admitió.
«Ahora tenemos más gente para que nos aporte gol que antes, pero esta vez no generamos tanto como otras veces», reconoció el entrenador del Granada, que no disimuló lo bien que le habría venido precisamente en este partido el recién firmado Borja Bastón. «Estamos contentos con su fichaje porque, si lo pensamos, fue uno de esos partidos que puede desatascar como especialista de área. Me pareció una opción fenomenal cuando me la comentaron, y el club trabajó rápido y bien. Tiene jerarquía y una carrera llena de goles; le conozco desde alevín y siempre marcó muchos. Le utilizaremos en muchas cosas, pero si hay un jugador ahora en la plantilla con habilidad para este tipo de partidos es él desde luego. Viene bien de forma, además», apuntó a modo de valoración de su incorporación.
Vuelta de Neva
Escribá lamentó la previsible rotura de fibras de Miguel Ángel Brau, y que «sus tres semanas no se las quita nadie», y celebró la vuelta de Carlos Neva. «Estoy muy contento porque trabajó muy duro y sé todo lo que ha pasado; ha sido un ejemplo. No dejó de ser el capitán aun estando lesionado», le elogió, no sin «lástima por los pitos» que recibió a su entrada. «No los entiendo ni sé qué sentido tienen. Vi el gesto que hizo, pero creo que fue precisamente porque este club le importa mucho y hay que respetarle, porque es un chico estupendo y comprometido. Quienes le pitan, se confunden, aunque agradeciera que se impusieran los aplausos porque tenemos muy buena afición», añadió.
También se alegró por la recuperación de Sergio Rodelas. «Le vi falto de forma, y creo que es lo lógico. Es un extremo que no necesita desdoblamientos, como sí le pasa a 'Gio' (Tsitaishvili), y ocupa toda la banda izquierda. Dijimos a Neva que se limitara a darle buenos balones y salida, y así quedábamos más protegidos atrás, con más vuelo para Rubén (Sánchez) por la derecha. Aun así, sacó un centro muy peligroso y un buen disparo. Hay que entenderlo, no es culpa suya. Entrenó muy bien pero la competición exige un ritmo aún superior, y lo conseguirá jugando», le animó. «Ya dio un paso adelante pese a la mala suerte de lesionarse cuando mejor estaba», recordó, sobre su papel tras la pérdida de dos extremos como Theo Corbeanu y Pablo Sáenz en invierno.
Acerca de la titularidad de Ricard, el entrenador justificó que «el partido pedía un lateral más ofensivo que Rubén Sánchez, que es más defensivo». «Mi lectura fue que el Mirandés solo iba a tener un jugador por los carriles, y de hecho estábamos generando problemas con él junto a 'Gio', porque cuando atacamos más que defendemos tiene mucha claridad arriba. Generó mucho, como esperamos de él. Ya en la segunda parte, la frescura de Rubén con su potencia nos permitió jugar casi que con tres atrás», esbozó.
Preguntado por la irritación de Los Cármenes con el árbitro Sánchez López, Escribá admitió que la acumulación de faltas del Mirandés «rompen el ritmo de los equipos y generan nerviosismo cuando no se pitan». «No entiendo que hubiera tarjeta a Martin (Hongla) en un balón dividido y no a Gorrotxa tras hacer un millón de faltas, desde el máximo respeto y sin que tuviera incidencia en el partido», apuntó, no sin quejarse una jornada más por la reiteración sobre Lucas Boyé. «No son nuevas; es posiblemente el delantero que más faltas reciba del campeonato y menos le piten a favor y curiosamente al que más en contra. Y eso que es demasiado noble para lo que nos gusta a los entrenadores porque no se deja caer nunca», confesó.
Por último, el entrenador del Granada recalcó que su equipo se toma ganar «como una obligación siempre» ya de cara a su visita al Huesca del domingo de la semana que viene. «Tras perder con el Levante nos propusimos ganar los 19 partidos siguientes. Será un partido a cara de perro, y nosotros queremos darla desde el primer minuto para demostrar que vamos a ganar, contra un rival que también defiende espectacular e incluso más agresivo en su campo, con gente veterana y muy experta», señaló.
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