Un filial con fortaleza defensiva, aplicado y camaleónico

Tras los empates frente a Hércules y Murcia, la salida a Melilla era otra amenaza seria para los rojiblancos, en pleno proceso de consolidación. El Recreativo es un equipo construido desde la defensa, por lo que habrá partidos en los que -si mantiene la portería a cero- las opciones de ganar se multipliquen considerablemente. En Melilla el conjunto rojiblanco tenía controlado el partido tras adelantarse con una jugada de pizarra que Martín Solar empezó y Sergio Barcia, imperial en el área contraria, finalizó con un cabezazo inapelable. Sin embargo, pese a la correcta actuación del meta Sarr y de la zaga rojiblanca, la entrada de un jugador rápido e incisivo como Parra y el cambio de sistema del equipo rival puso en aprietos al filial rojiblanco, que se vio con 1-1 en el marcador. Pero Rubén Torrecilla está consiguiendo que las piezas del banquillo funcionen y se cohesionen con los titulares, siendo el técnico uno de los testigos de un hecho que no debe pasar desapercibido: el 1-2 y el 1-3 llegaron gracias a asistencias de dos jugadores suplentes (Cristian y Bryan Zaragoza).

Con Adri Butzke acercándose a su mejor nivel se antoja bonito el duelo entre los puntas Plomer y Cristian por ser su acompañante en el once. De momento, los enemigos han sido poderosos y bien posicionados económicamente así que motivar a la plantilla rojiblanca no debe haber sido el gran reto a superar por el cuerpo técnico. Mantener esa hambre, esa personalidad y esa concentración en los próximos partidos –el primero de ellos se jugará este sábado a las 17:30 ante el Águilas en la Ciudad Deportiva– sí que es un desafío grande pero asumible para un Recreativo que, a pesar de mostrar interesantes elementos ofensivos, empieza la temporada siendo una muralla defensiva.