Machís, muy cerca de volver al Granada al caerse su fichaje por el Charlotte

El Charlotte, como toda franquicia deportiva en Estados Unidos, se debe a una MLS que quiere imponer unas cláusulas suspensivas en el contrato de Darwin Machís, protegiéndose de cualquier condena judicial que pueda perjudicar al jugador y, por ende, al propio Charlotte. Es una práctica habitual en las ligas mayoritarias como la NFL, la NBA o la MLB. En todas ellas, los contratos acogen por norma una vía liberatoria para el club si uno de sus talentos se ve condenado en un juicio o participa en escándalos, siendo no solo penado por la ley sino también por la propia liga. Sería en este punto en el que los agentes del futbolista y la MLS no han llegado a un entendimiento. El resto del papeleo referente al traspaso con el Granada estaba aclarado y listo para ser firmados desde el pasado martes.

Por tanto, y aunque anoche aún quedaba un mínimo de esperanza, voces autorizadas cercanas a la operación indicaban que lo más probable es que el traspaso se rompa por completo en las próximas y el jugador, salvo sorpresa, complete la temporada en el Granada, que no tendría ningún problema económico ni deportivo en contar con Machís en su plantilla. Sería uno más.

Pero es innegable que la venta del venezolano era un movimiento importante en este mercado invernal en el que el Granada ha apostado fuerte, gastando unos diez millones de euros gracias a la inyección económica de CVC. Patricia Rodríguez, directora general del club, afirmó que este bazar de enero se había gastado un tercio del total que el acuerdo con la financiera les permite invertir en plantilla durante los próximos tres años. La venta del de Tucupita por cinco millones significaba recuperar la mitad de la inversión realizada.

El retorno será solamente simbólico, pues el jugador sigue perteneciendo a todos los efectos al club nazarí, que le mantiene todavía inscrito en LaLiga. Por tanto, no cambiaría ni comprometería el actual límite salarial de la presente campaña. Sí que influiría en el tope de la próxima, obligando al club a gastar algo de la parte de CVC ahorrada, salvo que se le venda, ahora sí, en verano.