La otra familia del Granada anima fiel bajo el chaparrón

Antonio tomaba café poco antes de acceder al Centro Deportivo de la ciudad. Las camisetas rojiblancas coloreaban la estampa en mitad de otra desapacible tarde madrileña de marzo. La suya era la única horizontal, algo normal a tenor de su apellido. «Soy Antonio Pérez, el padre de Laura –la futbolista–», se descubrió ante IDEAL.

«No podíamos faltar al partido, un reto grandísimo para ella y todas sus compañeras. Nadie esperaba que llegaran a las semifinales, pero aquí estamos. Me alegro mucho por mi hija, una persona muy centrada en su trabajo. Hace años compaginaba el fútbol con su empleo, con lo que ello con lleva. Se merece este encuentro como la que más y en casa estamos muy orgullosos de ella», valoró antes de pisar con pie firme una nueva tierra por conquistar.

La granadina no fue la única con visita en Alcalá de Henares. Maripaz y Nayra, castizas de pro, accedieron luciendo su zamarra nazarí. «Somos amigas de Isa Álvarez y de Jujuba. Siempre que juegan en Madrid venimos a verlas, así que hoy somos del Granada hasta morir», reflejaron desde su asiento con una fe especial.

«Sinceramente, creo que tenemos opciones de pasar a la final. Hay algo en el ambiente que nos invita a creer», concluyeron. A menos de veinte metros Cristina se tomaba un 'selfi' con Ángela e Inés. La primera, granadina y granadinista, no podía perderse el partido de su vida.

«Veo difícil pasar, pero la afición del Femenino es muy fiel y no íbamos a dejarlas solas. En Granada siempre nos vemos los mismos, somos como una familia. El equipo tuvo mala suerte en la ida de Los Cármenes, pero jugaron muy bien», explicó esta estudiante.

Durante el partido el 'Vamos mi Granada' se entonó como un grito de guerra en mitad de la tormenta, sorpresa para los otros rojiblancos. La familia siempre lista. En las duras y las maduras, la bendición del Femenino.