Las faltas tácticas penalizan a Montoro

Montoro ha sido amonestado ya 16 veces desde el comienzo de la liga. Una de esas amarillas, la que vio a comienzos de abril ante el Málaga, fue retirada por el Comité de Competición, pero el futbolista rojiblanco no tardó en reincidir. Es, con gran diferencia, el jugador más tarjeteado de la plantilla y solo el almeriense Yan Eteki ha visto una amonestación más.

Quince amarillas repartidas en 2.492 minutos arrojan un cociente preocupante: Montoro es amonestado cada 166 minutos, es decir, no completa dos partidos sin que el árbitro se eche la mano al bolsillo para mostrarle la cartulina amarilla. Eso sí, todavía no ha sido expulsado.

Diego Martínez volverá a enfrentarse el domingo con un serio contratiempo, la baja de su jugador más creativo en el centro del campo y un baluarte también en las tareas defensivas, como lo prueba ese registro sancionador.

Un simple vistazo a la estadística podría llevar a la errónea conclusión de que estamos ante un jugador bronco o incluso violento. Nada más lejos de la realidad, pues nadie recuerda una entrada 'fea' del valenciano, ni mucho menos una agresión. Con 30 años, camino de 31 en un par de meses, y más de una década como futbolista profesional, Montoro solo ha sido expulsado en cuatro ocasiones. Un registro bajo si se analiza en el contexto de más de 250 partidos jugados con la camiseta de más de media docena de equipos y en Primera, Segunda y Segunda B.

Sí es 'proclive' a recibir tarjetas amarillas. Ha visto alrededor de 90 en doce temporadas. Aproximadamente una cada 200 minutos de juego. El año pasado, en su primer curso como rojiblanco, vio diez cartulinas amarillas y fue expulsado en una ocasión (roja directa en el Granada-Sevilla Atlético, 1-2).

Descontado el indulto de la tarjeta vista ante el Málaga en Los Cármenes, el valenciano ya ha igualado su peor registro como profesional, alcanzado en la temporada 2013/14 en las filas del Recreativo de Huelva, en Segunda división.

A Montoro le penalizan las faltas tácticas, un ingrediente esencial en el repertorio de los centrocampistas. La necesidad de interrumpir contragolpes conlleva el inevitable peaje de arriesgarse a cometer faltas más o menos aparatosas, y los árbitros no dudan en castigarlas con tarjetas. Le sucede a Montoro y le pasa también a Fede San Emeterio, el otro inquilino del eje rojiblanco. El cántabro ha visto seis amarillas y dos rojas en lo que va de liga.

«Montoro no se arruga, va fuerte. Por su posición en el campo, lleva mucho el peso defensivo por delante de la zaga y le toca cortar las contras». El análisis es del exfutbolista y comentarista televisivo Raúl Ruiz, quien sostiene que si el valenciano jugase más adelantado, cerca de la mediapunta, se vería menos comprometido en el aspecto disciplinario.

«Se da la circunstancia de que el Granada, además, no dispone de una primera línea de presión muy agresiva. Puertas, Vadillo, Ramos, Vico, Pozo... trabajan bien en la presión pero no son de entrar fuerte», reflexiona.

El exjugador del Numancia, que pronostica que el Granada se jugará el ascenso directo con el Albacete y el Málaga, defiende las capacidades y la actitud de Montoro: «Lo sigo desde hace mucho y me encanta, es el equilibrio del Granada. Yo lo querría en mi equipo».

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