Fabián Ruiz, diplomacia andaluza para el Nápoles
El sevillano es la pieza clave que da sentido al caos de los de Gattuso
Fran Rodríguez
Granada
Jueves, 18 de febrero 2021, 01:05
Cuentan que a 'Carletto' Ancelotti se le levantó la ceja cuando vio a Fabián Ruiz (Sevilla, 1996) controlar el centro del campo del Betis ... a su antojo ante equipos como el Real Madrid o el Barça. Parecía un veterano, pero era insultantemente joven. El Nápoles contaba con buenos jugadores, pero ninguno como él. Ya iban varias temporadas en las que se quedaban cerca de la Juve en la lucha por la Serie A, muriendo siempre en la orilla. La defensa funcionaba y aquella delantera, con Callejón, Milik, Insigne y Mertens, tenía guardado un sitio en el santoral de San Paolo. Pero faltaba alguien que tendiera puentes, uniera lazos, regara de coherencia aquel equipazo. Faltaba diplomacia.
Por ello, acudieron a Los Palacios, donde se había alumbrado a todo un capitán tranquilo que, en contraste con el vesúbico Hamsik y el ciclópeo Allan, podría dar orden a los de Ancelotti. Así, Fabián Ruiz cambiaba su Betis de toda la vida por el Nápoles. Y todo a cambio de una cifra ahora 'calderilla': 30 millones. Barça y Madrid se lamentan desde ese día, pues se postulan ahora como pretendientes de este chico maravilla que cumplió su gran sueño: que su madre dejara su empleo de limpiadora.
Tiene gracia, pues Chari –su madre–, limpiaba precisamente las instalaciones del Real Betis a raíz de que su hijo entrara a formar parte de aquella cantera. Como verdiblanco, Fabián vivió una época de cambios, pasando de ser uno de los más bajitos y frágiles del equipo a convertirse en una torre, crecer medio metro en poco más de un año y pasar a ser referencia por su calma para jugar por dentro. Tras debutar con el primer equipo, marchó al Elche como cedido, donde se ganó volver al Villamarín ya como un proyecto de futuro y presente. Titular indiscutible.
A la sombra de Setién creció hasta dominar el juego de posición a las mil maravillas. Cuando el balón era lava para otros, para Fabián no existía presión que le emborronara el plan. La salida fácil de la España del 'tiki-taka' en un físico centroeuropeo. No tardó en ser internacional sub 21 y absoluto. Brilló en ambas.
Un faro para Jesús Vallejo
El ahora central del Granada fue el capitán de aquella España Sub 21 campeona de Europa en la que brillaron dos sevillanos: Ceballos y Ruiz. Ambos productos béticos, eran la principal vía de juego para Vallejo, que seguramente no sería capaz de recordar cuantas veces encontró salida en las botas de Fabián. Su europeo, que ya jugo como napolitano, le llevó a dar un paso adelante y sonar para Real Madrid y Barça con insistencia. En Italia se llegó a decir que salir de San Paolo estaba en las manos del jugador. Pero Fabián iba 'piano, piano' y apostó por seguir con Ancelotti.
La salida más tarde del extécnico madridista lo dejó en entredicho. Llegaba Gattuso que, sin desmerecer a Ruiz, habría preferido once Hamsik. Le tocaba nadar contracorriente en una etapa complicada para todo jugador que explota y debe luego gestionar esa ola expansiva. La irregularidad le llegó por oleadas, como la pandemia, en el Nápoles, pero siempre contó con la paciencia y confianza de la selección absoluta de España. Luis Enrique primer, Robert Moreno después y de nuevo Luis Enrique han cimentado su camino de vuelta a los títulos con el de Los Palacios como protagonista.
2021, el año del salto
Este año, en el que ya se le escapó Liga y Copa, es fundamental para Fabián Ruiz. No parece que vaya a renovar y los ojos de medio continente –y de los mejores clubes de su país como Madrid, Atlético o Barça– están sobre él. Sobre todo en citas como las de Los Cármenes, con la Europa League en juego. El andaluz que unificó el juego del mejor Nápoles de Ancelotti vuelve a su tierra, cerca de casa y, en el horizonte, más allá de la Giralda, aparece una Eurocopa en la que demostrar de qué madera está hecho.
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