La eterna lucha salva la honra del Granada femenino

No se les puede pedir más. Las jugadoras rojiblancas, en mitad de un año para el recuerdo, cuajaron una vez más un ejercicio de orgullo y eterna lucha, sus máximas para sacar lo mejor de sí y llevar el nombre de la entidad a lo más alto. Ante posiblemente el mejor equipo del momento en todo el planeta, vigente campeón de Copa de la Reina, Liga F y Champions League, el Granada resistió en un encuentro completísimo.

Arturo Ruiz ideó el plan perfecto, priorizando la retaguardia y sus coberturas por dentro para enjaular a un Barcelona demasiado horizontal y gris. Quizá por el reciente esfuerzo en Europa, las azulgrana no tuvieron su mejor día en Los Cármenes. Salieron de inicio con numerosas rotaciones, aunque con peloteras como Alexia Putellas o Salma Paralluelo en el once. Un Balón de Oro y muchos títulos colectivos entre ambas, casi nada.

El Granada afrontó el duelo con una variación en su equipo de gala. Cristina Postigo ocupó el lugar en el campo de Leles Carrión, sancionada después de ver su quinta amarilla en Sevilla en la pasada jornada. La malagueña actuó en el doble pivote junto a Ari Mingueza, una posición desconocida para ella en lo que va de campaña. La desempeñó sin florituras y con orden, las cualidades de una zaguera reconvertida.

En la zaga, Isa Álvarez completó la línea de tres junto a Alba Pérez y Jujuba. La brasileña estuvo imperial, cortando pases envenenados y protegiendo la portería nazarí con su propio cuerpo cuando fue necesario. Lo agradeció Sandra Estévez, que salvó varios goles cantados del Barcelona en la segunda mitad. En la primera no sufrió apenas, con un Granada muy metido atrás y algo precavido de más en los minutos iniciales.

El Barcelona monopolizó el balón, su seña de identidad, pero no supo qué hacer con él. El Granada cerró filas y leyó apropiadamente el encuentro, con escapadas al contragolpe que obligaron a las culés a correr hacia atrás en bastantes ocasiones. Laura Pérez culminó la mayoría por la derecha, con Rolfö superada cada dos por tres, pero sin puntería.

El descanso se sucedió tras poca actividad, lo que llevó al Barcelona a dar entrada a Guijarro. La culé añadió quilates al equipo, que encontró espacios por fin en la muralla nazarí. Sandra presumió de dotes felinos para negarle el tanto a Vicky López a la primera, pero nada pudo hacer a la segunda. Pasó el minuto 72 cuando la blaugrana se coló entre la defensa y definió con calidad para abrir la lata.

Una triangulación marca de la casa la habilitó, al igual que a Putellas poco después, que sentenció a puerta vacía. El Granada se marchó de vacío, pero con la cabeza bien alta.