Errores
Rincón Nazarí ·
Dos fallos en Getafe (Eteki y Köybasi) y otros tantos este domingo (Germán y Machís) le penalizaron enormemente para irse de vacío en ambos encuentrosCAMILO JOSÉ MUDARRA
GRANADA
Martes, 5 de noviembre 2019, 01:19
Decía Johan Cruyff que el fútbol era un deporte de errores. Que, sin ellos, no habría goles en casi ningún partido al residir la perfección ... y no poder incurrir de ninguna manera en los mismos. Que había que forzarlos para desnivelar los partidos. Y no le faltaba razón. El Granada, visto lo visto, es uno de los clubes que más lejos lleva esa expresión en la práctica. Minimiza al máximo la concesión de cualquier pifia. Seis puertas a cero en doce partidos así lo reflejan. Pero la racha se rompió esta semana. Dos fallos en Getafe (Eteki y Köybasi) y otros tantos este domingo (Germán y Machís) le penalizaron enormemente para irse de vacío en ambos encuentros.
La Real Sociedad demostró en Los Cármenes la fama que le precedía en lo que va de temporada. Equipo asociativo, dinámico y generoso en el esfuerzo. Dominó en numerosas fases del encuentro merced a su enorme criterio y talento. Los rojiblancos compitieron, como siempre, pero se vieron superados. La calidad técnica puede contrarrestarse puntualmente con sacrificio, despliegue físico y solidaridad. Pero la Primera exige tener el balón, saber qué hacer con este. Y el Granada no consiguió ninguna de las dos cosas con asiduidad.
Un vistazo a las estadísticas del encuentro así lo confirman. La Real acaparó el esférico (62% de posesión) y completó casi el doble de pases totales (470-282) y de remates (9-5) que el Granada, que acusó notablemente las bajas de Gonalons y Montoro en el centro del campo. Eteki es voluntarioso pero sufre a la hora de circular el balón. Yangel Herrera lleva varios partidos lejos de su nivel y solamente Ramón Azeez pudo demostrar el 'todocampista' que lleva dentro. Insuficiente ante un rival de la jerarquía realista. Queda la sensación de impotencia. De realizar un enorme derroche físico para morir en la orilla y de conceder al rival lo que no fue capaz de generar por sus medios.
Dijo una vez Michael Jordan durante su exitosa carrera que el talento gana partidos pero el trabajo en equipo y la inteligencia ganan campeonatos. En el Granada sobra lo segundo pero, en ocasiones, falta lo primero. Y es lógico. Se trata de un equipo recién ascendido con el tercer presupuesto más bajo de la categoría. No debe perderse la perspectiva. Toca volver a levantarse, intentando limitar los errores. Evitando que sean regalados y no forzados. El crédito es infinito. Se lo han ganado a pulso.
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