«Mi infancia fue difícil, no teníamos mucho dinero»
«Mi mayor orgullo es ayudar a mi familia», asegura el delantero del Granada, califica a Jorge Molina de «ídolo»
–¿Cuándo descubre que tiene un don para el gol?
–Uf, cuando tenía unos diez años y todavía jugábamos siete contra siete. Marcaba, no ... sé, ocho, nueve, diez goles... Me gustaba esa sensación. Siempre quise ser delantero. Mi madre venía conmigo a cada entrenamiento, a cada partido. Lo hicimos todo para que yo fuera profesional.
–¿Tiene hermanos?
–Sí, uno. Nos criamos solo con mi madre y mis abuelos. Él jugaba al fútbol también y lo hacía mejor que yo.
–¿Y qué pasó?
–Que él no tenía la misma mentalidad.
–¿Cree que, con independencia de la técnica y el físico, este factor es fundamental?
–Absolutamente. Si no tienes una mentalidad fuerte, si te afectan mucho las dificultades, no puedes triunfar. Sin calidad, no vas a ningún lado, pero la cabeza es muy importante en el fútbol.
–También es importante el físico hoy en día...
–Claro. Mire Jorge Molina. Yo lo veo en los entrenamientos y reflexiono que ojalá esté como él con 40 años. Para mí es un ídolo.
–¿Cómo era su infancia en Israel?
–Muy difícil. No hablábamos con mi padre y vivíamos con mis abuelos. No teníamos mucho dinero, pero desde los 15 años pude ganarlo para ayudar a la familia. Mi mayor orgullo es ayudar a mi madre y gracias a Dios que cada día lo puedo hacer.
–De jugar en varios equipos de Israel se marchó a Austria.
–La vida era increíble, me encantaba. Los austriacos son gente ordenada. Todo limpio, todo tranquilo. Si es siete, es siete. Si es hoy, no es mañana –risas–. Estaba cómodo y metí muchos goles.
–¿Con quién ha conectado mejor en la plantilla del Granada?
–Tengo ya muchos amigos dentro. Myrto (Uzuni), Petro (Petrovic), Yann (Bodiger), Ricard (Sánchez), Bryan (Zaragoza)... Con todos me llevo bien. Bryan tiene mucha clase y es muy joven. Seguro que va a tener mucho éxito en su carrera.
–Ha venido al equipo que tiene al pichichi de Segunda, Uzuni, pero parece que tienen complicidad sobre el campo.
–El secreto está en ello. Claro que se hace difícil cuando uno no juega, pero aquí salimos juntos. Cuando él marca, es bueno para mí, lo mismo que si pasa al revés. En un vestuario necesitamos esto. Tenemos un carácter parecido y eso me gusta. En general, hay una plantilla increíble.
–Tiene a dos grandes pasadores, generosos, como José Callejón y Óscar Melendo.
–Sí, es que tenemos un equipazo y es uno de los motivos por los que vine al Granada. Lo veía en la distancia y pensaba que el club, en general, no es para que esté en Segunda. Ni este míster, ni sus ayudantes, ni Nico (Rodríguez; director deportivo) ni Alfredo (García Amado, director general)...
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–¿Se vuelve a sentir importante?
–Claro, eso es. Pienso que todos juntos somos más fuertes.
–¿Qué hace en su tiempo libre?
–La verdad es que lo principal es pasar tiempo con la familia y cada día, con mi hija, es algo nuevo. También me gusta jugar a los bolos, pero soy de estar en casa.
–¿Cuál es su comida favorita?
–Cualquiera que prepare mi mujer, pero fuera de ello, me encantan las hamburguesas, pero 'kosher'. Hay un restaurante en Israel que es espectacular.
–¿Y su película o serie favoritas?
–Fauda –serie de Netflix sobre un exagente secreto israelí que persigue a un terrorista–.
–¿Lee?
–Solo en hebreo. Libros para la reflexión. También me gustan las historias reales.
–Dentro de cuatro meses acaba la Liga...
–Cuatro no, tres.
–Eso si no hay 'play off'...
–Ojalá que no haga falta.
–En cualquier caso, ¿en qué situación estará Shon Weissman?
–Ojalá que feliz y con el objetivo cumplido.
–¿Cuál es ese objetivo?
–Está muy claro para nosotros, pero no hay que repetirlo. Lo conseguiremos.
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