Rémoras que permanecen en el Granada
El 'doce' ·
La racionalidad parece volver, pero hay carencias que necesitarán un esfuerzo sumo para ser superadasEduardo Zurita
Granada
Lunes, 30 de septiembre 2024, 12:33
Que el Granada que compareció ante el Burgos parece un equipo con más orden y lógica en las decisiones desde el banquillo, tanto en el ... posicionamiento de inicio como en las alternancias a lo largo del partido, está fuera de duda. A pesar de que el primer acto fue un tostón para el espectador, lo cierto es que el Granada minimizó las ocasiones del rival, que prácticamente no compareció ante Mariño. Como contrapartida al orden le acompañó la nadería en ataque, sin capacidad de producir peligro alguno a pesar de tener la posesión del balón. Villar se obstinaba en dirigir y conducir bien, pero no encontraba enganches ni en las alas, con Tsitaishvili y Jozwiak inocuos, y con un Reinier al lado de Uzuni que estuvo desaparecido.
El arranque de la segunda parte ofreció a un Burgos más entonado y un Granada que continuaba bien posicionado pero cada vez más encerrado. Un blocaje de Mariño se convirtió en un contraataque que, conectando con Uzuni, permitió al esta vez capitán rojiblanco conectar con Giorgi para que éste con la puntera adelantase al Granada.
Empezó a dominar el cuadro rojiblanco tras el primer gol, con acercamientos buscando el segundo, y con un cambio de Reinier por Trigueros para ganar solvencia en el control del partido. Pero una rémora heredada desde hace tiempo en la contención rojiblanca, la cual es la mala defensa a los balones parados al segundo palo, hizo encajar, otra vez, un gol en contra que igualaba la contienda.
La respuesta del Granada fue inmediata y llena de personalidad. Una triangulación entre Trigueros y Ricard terminó con el primero adelantando otra vez a los de Escribá. Pero la ventaja duró nuevamente poco, porque David González conectó la volea de su vida desde fuera del área tras un acrobático despeje de puños de Mariño, que tocó después el balón sin conseguir evitar el tanto. De ahí al final, cualquiera pudo llevarse el encuentro, pero al menos el Granada no se descompuso con los cambios, como en jornadas anteriores, sino que mantuvo opciones de victoria hasta el final. Al final del envite, cuarto empate consecutivo a dos del Granada.
La racionalidad parece volver, pero hay carencias que necesitarán un esfuerzo sumo para ser superadas. Seguir encajando goles imposibilita una recuperación pronta de las opciones de navegar por zonas más estables de la clasificación. A Fran Escribá, recién llegado al banquillo granadinista, hay que otorgarle un tiempo prudente para definitivamente erradicar las lagunas defensivas del equipo.
Dejar la portería propia a cero se torna decisivo para sumar de tres en tres y aspirar a escalar en el campeonato.
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