Gil Dias puso su desequilibrio al servicio del equipo
Llegó como una opción de desborde en ambas bandas, pero acabó ocupando todo el carril para defender y dar algo de descanso a Carlos Neva. Otro ejemplo de compromiso
Fran Rodríguez
Granada
Viernes, 14 de agosto 2020, 16:44
El portugués Gil Dias se sumó en invierno a la tripulación de Diego Martínez para aportar, sobre todo, desequilibrio y frescura en la banda ... . Y es que en un rol ofensivo apenas contaba con cartas el técnico rojiblanco. Vadillo, Machís y Puertas solos no daban para el 'póker' con Quini lesionado. A pesar del posterior cambio a tres centrales, el fichaje de Gil, procedente del Mónaco como cedido, encajaba en una simple cuestión numérica.
Sus características fueron mutando conforme avanzó su simbiosis con la elástica rojiblanca. Catalogado como el extremo típico de la prolífica escuela portuguesa, Dias llegó a Granada para abrir el campo, aportar desborde en el uno para uno, soluciones a un encuentro en el que Machís o Puertas no lograran desbloquear el camino. Es buen centrador y hábil para jugar también a pierna cambiada. Todo ello lo dejó claro en sus primeras intervenciones con la camiseta nazarí. Su puesta de largo en el Wanda, donde agitó algo el avispero, fue una declaración de intenciones.
Algo más discreto estuvo en Los Cármenes cuando salió ante el Real Valladolid. Pero sí que dejó algún detalle de ese recorte en seco que tanto gusta en el país vecino. En San Mamés, en la ida de las semifinales de Copa, volvió a asumir un papel de revulsivo, tratando de percutir por la banda para empatar el partido. No le dio tiempo a hacer mucho más aquella noche.
Quizá por su perfil más especialista, con un cúmulo de características individuales que lo convertían en un solista, no terminó de asentarse llegado el momento más trascendental de la temporada. No viajó a Pamplona y ante el Celta no sumó minutos a pesar de ver un once rojiblanco plagado de futbolistas menos habituales.
Sin embargo, tras el parón se convirtió a la religión que profesa este Granada. Tremendamente implicado, salió como carrilero, desfondándose con mayor o menor acierto en labores defensivas, dando descanso a Neva y aportando su granito de arena al mayor logro de los rojiblancos. Otro jugador que supo sumar compromiso y trabajo.
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