Detalles

Sevilla, Real Madrid, Barcelona, Betis, Real Sociedad, por ejemplo, suelen mantener su sistema, vayan perdiendo, empatando o ganando un encuentro. Estos equipos casualmente son los mejor clasificados y que mejor fútbol practican, excepción hecha del Atlético de Madrid de Simeone que, en Champions, con sus cambios tácticos alcanzó lo grotesco e inadmisible en un torneo de esa categoría.

Es el fútbol ofensivo el que facilita el camino hacia la victoria y Rubén Torrecilla lo ha sabido inocular en este Granada que hace vibrar a su afición como hacía tiempo no sucedía. En Sevilla fue a por todo en el último tramo del partido, porque este equipo tiene alma de novillero. Lo demostró Raúl Torrente volviendo al césped tras su grave lesión, como si se le fuese a escapar un triunfo en La Maestranza.

Pero en el toreo y en el fútbol, para obtener trofeos, además de la ilusión y la valentía son necesarios el temple y el mando, atributos ligados más a la experiencia que a la fogosa juventud de algunos jugadores. El empate no se mantuvo en el Sánchez-Pizjuán por culpa de los detalles, han reconocido todos los protagonistas.

Y el detalle, fragmento de todo, depende del estado de concentración cuando su consecuencia puede ser negativa. Y a ese óptimo estado de concentración se llega mediante la erradicación de cualquier distracción. Dijo Séneca: «Estar en todas partes es estar en ninguna parte».

El domingo frente al Levante habrá que estar donde hay que estar, sin descuidarse en los detalles, claro.