Dani Ojeda, el tercer tenor para las bandas

El bache de resultados que ha atravesado el equipo en las últimas jornadas, finiquitado en Córdoba, se ha asociado, entre otros factores, a la falta de frescura entre los jugadores de ataque. La suerte fue esquiva en los rebotes pero también la inspiración pareció esfumarse.

Por delante de los dos volantes, Diego Martínez tiene tres puestos más o menos claros. Adrián Ramos en punta, Fede Vico unos metros más atrás y Vadillo en la banda derecha. La izquierda ha tenido más inquilinos, con Puertas asentado en la primera fase del campeonato para dar paso a Alejandro Pozo un poco después. El dibujo no es estático e igual que los extremos pueden buscar espacios por dentro o cambiar de banda, también hay futbolistas que actúan en distintas posiciones por detrás del delantero, como ocurre con Puertas.

La irregularidad de este último le ha sacado del once inicial. Fue titular en las primeras once jornadas de forma consecutiva pero desde entonces ha alternado titularidad con banquillo. Desde allí ha visto comenzar las dos últimas citas de su equipo y, aunque ha actuado como revulsivo en ambos casos, apenas ha sumado media hora entre los dos enfrentamientos. El almeriense fue el sostén ofensivo del Granada en el comienzo liguero, con dobletes y actuaciones rutilantes, pero lleva meses sumido en la irregularidad.

Tampoco Alejandro Pozo conserva el mismo fulgor con el que irrumpió en el equipo. No marca desde principios de diciembre y su rendimiento, sin ser malo, se antoja un punto por debajo de lo que puede dar este futbolista. El técnico gallego le ha concedido la titularidad en trece ocasiones, incluido el partido de Copa del Rey, y si ha empezado en el banquillo, casi siempre ha aportado aire fresco al equipo en las segundas partes.

Solo ha disputado siete partidos completos, un dato que habla también de la necesaria adaptación de un futbolista que ayer cumplió 20 años y que todavía está haciéndose y no solo en el plano futbolístico. El sevillano dio el susto en el entrenamiento del pasado jueves. Llevaba poco menos de media hora sobre el terreno de juego, trabajando en un ejercicio ofensivo, cuando se notó un fuerte dolor en su muslo y se dejó caer sobre el césped pidiendo la llegada del médico rojiblanco. Los gestos de dolor eran evidentes y prefirió salir montado en un carro que apoyar la pierna lastimada. Según informó ayer el club, sufre molestias en el isquiosural izquierdo que están pendientes de pruebas diagnósticas.

Mientras Vadillo –tampoco ajeno a los altibajos– se ha hecho fuerte en el costado derecho, la izquierda cambió de inquilino en el choque contra el Córdoba, una situación que puede reproducirse como mínimo en el regreso a la competición ante el Rayo Majadahonda. Dani Ojeda se convierte así como el tercer tenor de las bandas rojiblancas, a las que les viene muy bien ideas y soluciones nuevas.

El canario ha protagonizado una carrera en constante ascenso desde que llegó al Lorca, equipo al que ayudó a ascender a Segunda B hace un par de cursos. El Leganés le echó el ojo y lo firmó por tres temporadas el verano pasado. Sin embargo, su aterrizaje en la máxima categoría no ha ido tan rodado como se esperaba. Apenas ha entrado en los planes de Mauricio Pellegrino, que en la primera vuelta le concedió 193 minutos repartidos en cinco encuentros. Por este motivo, el Granada logró su cesión en el mercado invernal y las primeras pistas ofrecidas por el extremo van en la buena dirección.

Ojeda se perfila como el fichaje invernal con más posibilidades de ser 'importante' en lo que queda de competición. Tanto el central Bernardo Cruz como el centrocampista Ramón Azeez verán muchos partidos desde el banquillo ante el buen rendimiento de los futbolistas que ahora se desempeñan en sus puestos. La oportunidad le llega a Ojeda y en sus pies estará aprovecharla.