Otro curso relegado al banquillo por un luso

Aarón vivía en sus carnes lo mismo que el hoy portero del Betis había experimentado. Un tiempo a la sombra del banquillo, relegado por un portero mejor que él y del que se presentaba como el complemento idóneo. Además, en Copa el valenciano había realizado muy buenos encuentros. Tras su paso brillante por el filial y tres cursos creciendo como alternativa al luso, la quietud en el mercado de porteros por parte del Granada pareció concederle al fin la oportunidad de ser el titular. En la pretemporada lo fue, con buenos resultados. No obstante, fichar a un guardameta era un paso lógico y el club apostó por un desconocido, Luís Maximiano.

Y así, Escandell comenzó bajo los palos en el curso oficial ante el Villarreal y el Valencia. No hizo malos partidos, a Robert Moreno le seducía en parte su juego con los pies y su determinación. La confianza del valenciano es una de sus grandes armas, aunque alguna vez arriesgue de más en alguna salida o algún desplazamiento de balón. Sin embargo, las sensaciones del luso recién llegado cada vez eran mejores en los entrenamientos.

Un día fue el que dinamitó todo. El naufragio de Vallecas, donde el equipo dio una imagen lamentable y cayó 4-0, se cobró la titularidad de Aarón como víctima. El portero no tuvo gran culpa en los goles, aunque estuvo mal como todo el equipo. Era la ocasión perfecta para hacer cambios y Moreno dio la portería a Maximiano. Ya no volvería a perderla el luso.

A Aarón le quedó el poco premio de jugar una Copa en la que el Granada no dio la cara en Mancha Real. Aarón aquel día fue de los mejores. Y es que nadie duda de su calidad y compromiso con el club. Quizá ahora sí, de vuelta a Segunda, sea su momento. Ya ocurrió con Rui.