Las cuentas pendientes de Mariño con Garitano

La decepción de Diego Mariño con Gaizka Garitano partió de una de las primeras decisiones del entrenador al asumir la dirección del Almería. El técnico vasco relevó a Vicente Moreno tras la interinidad de Alberto Lasarte –con un empate precisamente con el Granada en casa– y optó por sentar a a Luís Maximiano, que venía de encajar tres goles del Athletic en San Mamés para acumular hasta 22 en ocho jornadas, para dar entrada al veterano Fernando Martínez con prioridad sobre el gallego.

Con Mariño en el banquillo otro partido más, también Fernando encajó una 'manita' en Girona y otros dos goles de Las Palmas ya en Almería para dos nuevas derrotas de su equipo como colista hundido. En busca de un nuevo golpe de timón, Garitano terminó devolviendo a Maximiano una titularidad que ya no volvería a perder para nuevo vacío del actual portero del Granada. Resignado a aquella única oportunidad por la Copa del Rey, no volvió a actuar en Liga desde la derrota en casa con el Rayo Vallecano que inauguró el campeonato con Vicente Moreno aún como entrenador. Ni Pepe Mel le dio bola ya de cara al último trimestre del curso.

Desde la inactividad competitiva, Mariño fue contando semanas hasta la extinción de su contrato con el Almería una vez certificado el descenso. Bien podían ser sus últimos partidos como portero de Primera división después de haber militado ya en Segunda de 2017 a 2023 con el Sporting de Gijón. También allí terminó siendo suplente de otro veterano con experiencia en la casa como Iván Cuéllar, inmerso en una segunda etapa en el club asturiano tras marcharse al Leganés. Sin pretendientes que le convencieran en verano, Mariño se resignó al paro hasta la llamada rojiblanca ya en septiembre.

Solución de emergencia por la fragilidad de Marc Martínez ante los problemas físicos de Luca Zidane, Diego Mariño llegó al Granada como hombre libre con el mercado de fichajes veraniego ya cerrado. Suplente en sus dos primeros partidos, aún con Guille Abascal, Fran Escribá decidió apostar por él ya por su estreno al frente del equipo en Burgos y, aunque allí encajó dos goles, el gallego encadenaría a continuación tres primeras porterías a cero que además acompañaron las victorias del equipo ante Mirandés, Córdoba y Tenerife.

También imbatido durante el empate sin goles contra el Cádiz en Los Cármenes por la primera vuelta, la derrota en Almería propició que Escribá devolviera a Mariño al banquillo para introducir a Luca tras su heroica actuación en Zaragoza por la Copa del Rey. Suplente en las doce jornadas siguientes, al gallego le tocaría salir en Córdoba tras la lesión del francés que redondeó la 'manita' blanquiverde pero volvió a dejar su portería a cero este pasado domingo con el Racing de Ferrol para celebrar que actuaba de inicio de nuevo. Y ya son cinco las metas impolutas que acumula, tantas como su compañero pero con más mérito al haber gozado de dos oportunidades menos. Le sobran los alicientes para lograr otra en Cádiz.

La satisfacción del Granada con Diego Mariño llega al punto de que el club contempla ofrecerle una temporada más. El portero es uno de los doce futbolistas que acaban contrato al final del ejercicio, más allá de los cedidos Giorgi Tsitaishvili, Abde Rebbach, Rubén Sánchez, Reinier y Siren Diao. No constan novedades por Carlos Neva, Ricard Sánchez o Brau, y a Miguel Rubio se le relaciona ya con el Espanyol.