El Granada progresa con angustia
Primera victoria fuera con Escribá, soportando los empellones del Mirandés en la segunda parte, tras un gol de Weissman con debate arbitral en su inicio
El Granada progresa con angustia, agarrado a un portero que hace un mes estaba en paro. Diego Mariño se encargó de asegurar los tres puntos ... para los rojiblancos fuera de casa, en su segundo triunfo global lejos de Los Cármenes y en el primero de Fran Escribá. Su botín como forastero no está nada mal, con un empate en El Plantío y una victoria en Anduva, campos de rivales humildes pero impetuosos. No desmereció el Mirandés, cuyos empellones hicieron peligrar el éxito nazarí en la segunda parte, pero no contaban con que se agigantara el portero vigués, una de las decisiones capitales en la alineación del nuevo técnico, que resultó determinante. Ahora que ya se prepara Luca Zidane para volver, quizás tenga que esperar un poco más.
Prevaleció el oficio entre los rojiblancos, sobre todo en la contención defensiva. La retaguardia soportó las embestidas locales a pesar de que tres de sus componentes cargaron con amarillas desde antes del descanso. El Granada ha avanzado en solidaridad atrás y ha mejorado mucho a balón parado. Hasta Weissman marcó, aunque en una acción precedida por la polémica. Faltó fuego ofensivo, algo obtusos los miembros de la vanguardia, pero lo primero era detener las goteras en el sótano y esto parece encaminado.
CD Mirandés
Raúl Fernández; Hugo Rincón, Juan Gutiérrez, Tachi (Dadie, m. 81), Tomeo, Julio Alonso (Parada, m. 70); Gorrotxa, Reina, Lachuer (Ander Martín, m. 70); Panichelli y Joel Roca (Izeta, m. 56).
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Granada CF
Mariño; Ricard Sánchez, Ignasi Miquel, Loïc Williams, Brau; Martin Hongla (Sergio Ruiz, m. 78), Gonzalo Villar, Tsitaishvili (Pablo Sáenz, m. 78), Józwiak (Lucas Boyé, m. 66); Weissman (Manu Trigueros, m. 66) y Uzuni (Corbeanu, m. 87).
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GOL: 0-1, m. 16: Weissman.
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ÁRBITRO: Muresan Muresan (comité valenciano). Amonestó a los locales Panichelli (m. 95) y al entrenador Alessio Lisci (m. 56); y a los visitantes Loïc Williams (m. 38), Ignasi Miquel (m. 44), Ricard Sánchez (m. 45), Weissman (m. 62) y Corbeanu (m. 93).
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INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 8 de LaLiga Hypermotion, disputado en el estadio de Anduva ante 3.016 espectadores.
No hubo una apuesta más a contracorriente de Guille Abascal en su etapa que la de Shon Weissman. El técnico sevillano le indultó en verano, se dispuso a aprovecharlo y le dio bastantes minutos, pero quiso la paradoja que el israelí errada desde los once metros en aquella noche contra en Málaga que le costó el puesto a su valedor. Dos semanas después de aquello, Fran Escribá sorprendió con la alineación inicial del delantero y este se encontró con la opción de estrenar su casillero goleador.
La jugada llegó pasado el cuarto de hora, cuando ya se apreciaba que el Granada quería el balón desde el inicio y el Mirandés esperaba el fallo para responder. Sin embargo, la diana vino en un contragolpe polémico.
Joel Roca fue a centrar desde la izquierda y la pelota rebotó del muslo de Ricard a su brazo extendido. El árbitro no paró la acción y se generó un ataque fulgurante por la izquierda, con Brau en conexión con Józwiak. El polaco, que apenas ha dejado migajas en este arranque liguero, le puso un centro medido a Weissman, astuto entre centrales para colocar el interior de la bota y superar a Raúl, imbatido hasta la fecha en Anduva.
No se retrocedió hasta la mano, cerrando así el debate de si la posición era natural o no, y se pusieron las líneas para ver si el israelí estaba en posición incorrecta, pero Juan Gutiérrez rompió la celada. El tanto subió al marcador y esto permitió al Granada ajustar sus líneas y ceder algo la iniciativa.
A los esta vez de azul les faltaba fluidez por las bandas, sobre todo con un gris Tsitaishvili. Sí estaba en todas parte su guardaespaldas, Ricard, cada vez más concentrado en defensa y muy inteligente en sus movimientos por fuera y dentro. Brau todavía acusaba algunos nervios en su zona y el centro del campo volvía a depender de los momentos en los que Gonzalo Villar agarraba el timón.
A balón parado, el equipo estuvo implacable. Las ayudas funcionaron cuando alguno cometía un desliz. Ricard tuvo una oportunidad arriba con un lanzamiento que se combó, a la salida de un córner.
El Mirandés se despertó a lomos de Alberto Reina y el Granada lamentaba algunos fallos en pases de construcción que encontraron algún golpe de los locales. Gorrotxa se topó con la espalda de Ignasi Miquel en una intentona y Mariño sacó reflejos para expulsar un chut de Joel Reina, tras una mala intervención de Weissman.
No llegó más el Mirandés hacia el meta gallego hasta el entreacto, pero tres salidas en anticipación de Loïc, Ignasi y Ricard supusieron amarillas para todos. Con ellas cargaron hasta el final.
Uzuni tuvo en su zurda la ampliación de la ventaja, pero no tuvo su tarde. Villar, omnipresente, saltó al quite y enhebró rápido para que albanés se quedara solo a la espalda de la defensa, pero marró al desviar el tiro.
Contestó el Mirandés con un 'centrochut' de Rincón que Mariño alejó a córner. Volvieron a reclamar los jabatos la intervención arbitral en un golpazo de Ricard a Tachi en el área, en el que los dos se quedaron maltrechos. En la repetición, el codo del lateral impactaba en el rostro del central, pero ni el árbitro ni su compañero en la sala VOR consideraron que hubiera intencionalidad, al parecer. Desde luego, fortuna en el veredicto para los nazaríes.
La inercia dejaba claro que el Granada requería de cirugía por parte de Escribá. Salieron pronto Manu Trigueros y Lucas Boyé, con el mismo sistema 4-4-2 y el talaverano escorado en la izquierda, pero los visitantes siguieron pasándolo mal. Gorrotxa tuvo un acercamiento tras error arriba en la combinación y sobre todo gozó de una ocasión primorosa Panichelli, con un esférico voleado estando solo que mandó fuera, tras un mal despeje de testa por parte de Loïc que pilló a Ricard fuera de foco.
Uzuni se precipitó tras una recuperación, obsesionado con el marco. El Granada no lograba frenar al Mirandés, cada vez más subido a sus barbas. Sergio Ruiz sustituyó a Hongla para experimentar cómo sobrevivir sin el camerunés, que se va con su selección. También se marchó otro internacional, Tsitaisvhili, al que se le hacen muy largos los 90 minutos, muy arrugado esta vez, aunque lo que se le hizo eterno al equipo fue ese último tramo, con el Mirandés apretando de lo lindo. Mariño puso guantes de plomo ante Panichelli, a bocajarro, y tiró de puños el vigués en otra visita de los jabatos. Corbeanu ocupó un costado para que Manu Trigueros anestesiara la situación por el centro, pero el monólogo del Mirandés proseguía.
Mariño no estaba dispuesto a ceder su puerta a cero y se marchó con el expediente impoluto. Hace un mes, pasaba los lunes al sol. Este sábado, aseguró tres puntazos para el Granada. Las vueltas que da la vida.
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