El Granada tiene los pies de barro
Una defensa de puré aboca a los rojiblancos a una dura derrota en casa, que tuvo una fase de reacción conmovedora en el tramo final, pronto frenada por la terrible vulnerabilidad atrás
Puede que este Granada luzca puños de hierro, pero lo que es seguro es que tiene mandíbula de cristal y camina con pies de barro. ... Un sistema defensivo gelatinoso abocó a los rojiblancos a una dura derrota en casa, que tuvo una fase de reacción conmovedora en el tramo final, pronto frenada por la enésima muestra de vulnerabilidad atrás. Así no se puede ir por Primera porque te parten la cara en cualquier esquina. Por más que con la pelota haya individuos que no les queme el peso de la responsabilidad y que Boyé sea una bendición especialmente en el área, si Paco López o la dirección del club no son capaces de acorazar este entramado, toda mejoría ofensiva se escurrirá por el sumidero.
El entrenador quiere compensar con osadía las carencias del equipo atrás, pero acumular perfiles ofensivas no equilibra la balanza, ni mucho menos. Salió con Melendo de pivote y con Ricard Sánchez de vuelta al lateral, lo que sacrificó a Sergio Ruiz, que hasta el Reale Arena se estaba mostrando como un complemento perfecto para Gumbau. Pasó de actor revelación al rincón de pensar sin solución de continuidad.
Granada
Raúl Fernández; Ricard Sánchez, Víctor Díaz (Raúl Torrente, m. 61), Ignasi Miquel, Neva (Diedhiou, m. 83); Gumbau, Melendo (Antonio Puertas, m. 74), Callejón (Gonzalo Villar, m. 61); Bryan Zaragoza (Álvaro Carreras, m. 83), Uzuni y Boyé.
2
-
4
Girona
Gazzaniga; Yan Couto, Blind (Juanpe, m. 92), Eric García, Miguel Gutiérrez; David López, Aleix García, Iván Martín (Yangel Herrera, m. 71), Tsygankov (Portu, m. 68), Sávio (Valery, m. 93); y Dovbyk (Stuani, m. 71)
-
. GOLES: 0-1, m. 22: Tsygankov; jugadón de Sávio con pase para el ucraniano, que ajusta el tiro desde la frontal; 0-2, m. 31: Sálvio; Aleix García carga a Melendo y le rebaña el balón, que cuela el brasileño chutando a la escuadra; 0-3, m. 34: David López; falta botada por Aleix García que peina en el segundo palo Dovbyk y empalma en el primero el barcelonés; 1-3, m. 63: Uzuni. Córner que toca Ignasi Miquel y manda a la red el albanés. 2-3, m. 85: Lucas Boyé. Asistencia de Diédhiou para el argentino. 2-4, M. 89: Yan Couto. Aprovecha una laguna defensiva para colarse y anotar.
-
ÁRBITRO: Isidro Díaz de Mera Escuderos (comité castellano manchego). Amonestó a los locales Uzuni (m. 23), Melendo (m. 33) y Raúl Torrente (m. 70); y a los visitantes Yan Couto (m. 72) y Yangel Herrera (m. 94).
-
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 5 de LaLiga EA Sports, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes, ante 17.323 espectadores.
El Girona no es ningún modesto, por más que su bagaje sea corto en la élite. Tiene el sello City bien pegado en la solapa. Luce centrales internacionales, más elegantes que contundentes; un David López rejuvenecido; muchísima velocidad por bandas y dos ucranianos con fútbol y potencia en las botas. El Granada respondía bien al principio, con ese faro que es Lucas Boyé, impresionante en su protección de la pelota de espaldas. Ricard se escabulló por la derecha y Gazzaniga escupió mal un balón, pero sin nadie cerca con la caña de pescar.
El test de resistencia de la defensa, con Víctor Díaz e Ignasi apurados, empezó en un córner, en el que el central catalán disparó con fuego amigo a Raúl, en un mal despeje con el muslo que el portero tuvo que alejar y luego el zaguero mandarlo a córner. Por arriba correteó Callejón en un centro al que no llegó Uzuni por falta de uñas. El motrileño se afana, pero tampoco tiene la electricidad de antaño.
Con todo abierto, llegó una irrupción que hizo papilla a la zaga rojiblanca. Sávio se soltó la correa y Ricard pareció el Coyote tras el Correcaminos. El brasileño vio a Tsygankov por la frontal y este combó el tiro hacia meta. El roce de Raúl no fue suficiente.
Por detrás en el marcador, el Granada entró en estado de demolición. Melendo, de quien se presuponía buenas decisiones en la salida de atrás, ratón para provocar faltas, sufrió una carga de Aleix García que no pareció suficiente como para señalar infracción. Sávio cazó el esférico y lo convirtió en oro con un chut colocado que también a acarició Raúl sin poder repelerlo.
El 0-2 no fue suficiente para el Girona, que siguió con el acelerador a fondo ante unos locales en la cuneta, apáticos. Fallaron las detecciones en una acción a balón parado que botó Aleix García, tocó Dovbyk y materializó David López para extender la frustración entre el público. Hacía tiempo que no sufrían un rapapolvos así en el primer asalto.
Pudo ser más grave si Tsygankov no yerra un lanzamiento tras regatear a Raúl, desviado por la cadera de Ignasi Miquel bajo palos. Todo era horrendo y las pérdidas se sucedían en un acto sin señalización, lo que beneficiaba a unos visitantes en éxtasis ante unos anfitriones cadavéricos.
Mejor segundo tiempo
El segundo tiempo arrancó con una llegada clara de Uzuni, aunque estaba en fuera de juego y encima la erró. La siguiente fue todavía más clara, tras una porfía de Ricard, pero también quedó invalidada la acción del albanés por posición antirreglamentaria. Sí valió una del Girona que cortó el propio Ricard cuando Dovbyk orientaba el fusil.
Por fin gozó de una sin réplicas Uzuni, en un giro tras centro de Neva que manoteó abajo Gazzaniga. Los de los guantes se esmeran más que los de Segunda.
Paco López recuperó a Raúl Torrente para la competición y apostó por Gonzalo Villar también, ambos jugadores necesitados de minutos, también pensando en misiones futuras. Con ellos, pronto el balón fluyó mejor y, en una acción aislada, llegó el recorte de diferencias. Fue un córner, que botó Gumbau, peinó Ignasi y encajó Uzuni para intentar la heroica, aunque para figuras veneradas, Yangel Herrera, ahora enemigo pero recibido entre aplausos.
La trama se hizo imprevisible. Se pasaba de una patochada de Raúl con los pies, luego atajada, a un pulso meritorio del vasco ante Stuani, que entró a rebañar lo que quedara en el plato.
Debutó Álvaro Carreras (apellido materno en la camiseta) y saltó Diédhiou para alguna batalla aérea. El senegalés apareció para asistir a Boyé y generar un estado de expectación con cinco minutos y el alargue por delante, pero lo que vino fue una colada de Yan Couto, con Ignasi Miquel desencajado, para abrir la herida con el 2-4. Entonces sí, el respetable empezó a copar las bocanas. Con golpes de orgullo no es suficiente entre los mejores. Hace falta una piel de rinoceronte, no la textura de un insecto.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión