Este Granada sí tiene madera de líder
Partido espectacular de los rojiblancos para golear al primer clasificado de la categoría y recuperar su candidatura a todo si juegan así al fútbol
Este Granada sí tiene madera de líder y lo demostró ante el que ostenta esta condición en Liga, el Racing de Santander. No conocían la ... derrota los cántabros en sus viajes y la sufrieron en Los Cármenes, cuyos parroquianos disfrutaron de lo lindo con el espectáculo brindado, cantando el himno a capela. Fue una recarga de ilusión para todos tras el golpazo en Almería. Fran Escribá montó una formación con siete fichajes de la etapa de Matteo Tognozzi más dos canteranos impulsados en su etapa, Brau y Rodelas, de matrícula de honor el extremo en el encuentro. Los goles, sin embargo, los metieron Villar y Uzuni, con doblete, que ya estaban en el club a su llegada.
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Estas son las notas de los jugadores del Granada ante el Racing
Granada CF
Luca Zidane; Rubén Sánchez, Pablo Insua, Loïc Williams, Brau; Martin Hongla, Gonzalo Villar (Sergio Ruiz, m. 70), Tsitaishvili (Józwiak, m. 81), Rodelas (Pablo Sáenz, m. 81); Reinier (Weissman, m. 70) y Uzuni (Siren Diao, m. 88).
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Racing de Santander
Ezkieta; Michelin (Mantilla, m. 83), Manu Hernando, Montero (Castro, m. 61), Mario García; Vencedor, Aldasoro (Maguette, m. 30), Andrés Martín, Iñigo Vicente; Pablo Rodríguez (Jeremy, m. 61); y Karrikaburu (Arana, m. 46).
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GOLES: 1-0, m. 23: Gonzalo Villar; 2-0, m. 52: Myrto Uzuni; 3-0, m. 76: Myrto Uzuni.
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ÁRBITRO: Pérez Hernández (comité madrileño). Amonestó a los locales Loïc Williams (m. 18), Insua (m. 33), Reinier (m. 64), Tsitaishvili (m. 76) y a su entrenador, Fran Escribá (m. 64); y al visitante Aldasoro (m. 30) así como a su entrenador, José Alberto López (m. 55).
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INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 18 de LaLiga Hypermotion, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes ante 16.645 espectadores.
El estadio del Zaidín acogió el choque de la jornada y estuvo a la altura de la expectativa. Dos buenos conjuntos, cada cual con su estilo, en busca de la victoria. Dio más y mejor el Granada de principio a fin, eléctrico en sus ataques. Explotó con astucia las limitaciones de una zaga tan adelantada como la del Racing. Si los desmarques de ruptura se iniciaban en campo rojiblanco, el riesgo de los cántabros se convertía en suicida. Les asaetearon.
El arranque resultó fulgurante. En el primer balón en largo a la espalda de la retaguardia visitante, de Insua, corrió Tsitaishvili sin caer en la trampa sobre el prado santanderino. Zigzagueó para buscar un envío de zurda y Rodelas controló y chutó, pero con Michelin de obstáculo, como una rueda suelta en mitad del circuito. El balón dio en el poste y en el rechazo no pudo concretar hacia la red el de Alhendín.
Las novedades en la alineación funcionaban. Rubén embestía como un rinoceronte, con esas piernas poderosas que le otorgan la capacidad atlética de avanzar entre enemigos sin inmutarse. Buscó a Reinier en una subida que el brasileño cabeceó al centro.
El Racing tenía ramalazos del Barça de Flick, pero con marca blanca. Una presión a mordiscos de caimán y una defensa instalada en el ecuador, pero muy vulnerable ante el juego directo bien entendido. No chutó con intención en toda la primera parte, dedicado Luca Zidane a ser un jugador más en la base de las combinaciones.
Tsitaishvili estaba encantado en un contexto así, sin tantos preámbulos, con continuos duelos ante los oponentes en carrera. Uzuni y él se buscaron amistosamente y el georgiano pudo derrocar a Ezkieta en un chut cruzado sin mucho ángulo.
Uzuni iba comprometiendo a sus marcadores, pero mostró inteligencia en la secuencia del primer gol, letal después. Todo nació atrás, en un balón teledirigido como un dron por Villar que planeó hasta Rodelas. El canterano percutió y decidió meter un centro raso que el albanés dejó pasar al ver por el retrovisor la llegada del murciano, que hizo un pase a la red para euforia local. Besazo al escudo en el festejo.
Insua y Loïc quedaron pronto amonestados porque el Racing, aunque no hizo peligrar la integridad de Luca en el primer tiempo, sí triangulaba con calidad en las zonas intermedias y originaba algún problema, pero ambos aguantaron con su amonestación con empaque. El Racing aumentó su dominio, pero solo quedó como algo transitorio. Enseguida arremetió de nuevo el Granada.
Rubén siguió atormentando a su par y puso un centro con el que Brau quiso reencarnarse en Roberto Carlos, sin éxito. Rodelas husmeó el gol, pero quien tuvo el golpe maestro a mano fue Reinier. Uzuni volvió a centellear y a ser generoso. Le cedió la bola al brasileño para concluir, pero Manu Hernando salió al quite e impidió su diana. Rodelas, en la vuelta, tampoco pudo con Ezkieta.
Así se cerró una magnífica primera parte, aunque con una recaudación escasa en el marcador. Continuó perdonando el Granada en la reanudación, en las botas de Tsitaishvili, hasta que apareció el matador del este de Europa. Llegó con el camión de reparto Rodelas, que le hizo una de Bryan Zaragoza a Michelin, para que Uzuni siga en su persecución goleadora a Luis Suárez.
Era un Granada 'deluxe'. El hijo de Zidane sacó una exquisitez con un pase raso que recorrió 60 metros entre amigos y enemigos hasta llegar a Uzuni, que quiso el adorno final con una vaselina ante Ezkieta que dio en el larguero. Luca estaba dando un recital de precisión con los pies, pero también mostró que domina los principios de su oficio en una parada a bocajarro frente a Andrés Martín que luego Arana tampoco supo embocar.
A Reinier le cortaron una celebración por fuera de juego, en un encuentro en el que mostró más regularidad que en citas precedentes. Atrás, el Granada permanecía pétreo, con una pareja de centrales, Insua y Loïc, sumamente complementaria, 'pesimista' el gallego para interrumpir al contrario con su oficio y contundente el valenciano en las anticipaciones vigorosas.
Brau cargó la barra de más en un intercambio con Rodelas, una banda intrépida con sello del filial que hizo estragos al Racing. El Granada se sentía crecido, con afán por la estética, con Luca recortando en el área y Villar hipnotizando el balón. Escribá, sin embargo, no quería que el equipo actuara por el lucimiento y acorazó la media con Sergio Ruiz e introdujo a Weissman para que se mantuviera la tensión en ataque.
Todo eran grietas en la empalizada del Racing, una tentación jugosa para seguir introduciendo balones al espacio como si fueran bombas de racimo. Sergio Ruiz contempló a Uzuni tras un robo y este esprintó y finalizó sin aspavientos, con precisión quirúrgica.
Escribá oxigenó las bandas, pero todo siguió igual, con Uzuni queriendo hacer sangre y otros aliados uniéndose al acoso sobre Ezkieta, como Pablo Sáenz y Weissman. La hinchada local concluyó gozosa, con su punto de socarronería con la afición visitante, que animó mucho a los suyos pero que regresó a casa con frustración. Su equipo comanda la clasificación, pero un Granada con semejante fiebre competitiva puede alcanzar a cualquiera.
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