Supervivencia 'Frankenstein'
El Granada se repone en El Alcoraz a la autoexpulsión de Ricard con una defensa de circunstancias tras la lesión de Neva y las bajas de Loïc Williams, Brau e Insua pese a la amenaza de Soko, con un gol de chilena incluido
Toda una lección de supervivencia del Granada en El Alcoraz le permitió sumar un punto inaudito porque quizás fuera la primera ocasión en la que ... resiste la ley de Murphy en toda su historia. Los rojiblancos se repusieron a la autoexpulsión de Ricard Sánchez tras la lesión de Carlos Neva con una defensa 'Frankenstein' por las bajas de Loïc Williams, Miguel Ángel Brau y Pablo Insua, con Giorgi Tsitaishvili como lateral izquierdo. Patrick Soko estuvo a punto de destrozar al equipo que llegó a pretenderle en invierno al intervenir en los dos primeros sucesos y marcar un golazo de chilena, pero la 'eterna lucha' surgió justamente cuando la mayoría de equipos habrían tirado la toalla. El empate aferra al Granada al 'play off' pese a su irregularidad.
El partido permitió redimirse a Miguel Rubio respecto a la última derrota rojiblanca, contra el Levante. Pese a algún titubeo inicial, el madrileño fue creciéndose con el paso de los minutos hasta recuperar la autoestima competitiva. Y no solo por alto, razón por la que Fran Escribá le priorizó sobre Oscar, sino por bajo y en carrera incluso. Por ahora se desmarca del camino que siguió Ignasi Miquel.
Escribá tuvo que reconstruir su defensa para Huesca ya de inicio, excluyendo al pivote Martin Hongla por aparente decisión técnica, reemplazado con Sergio Ruiz junto a Gonzalo Villar. Apenas conservaron el puesto los 'hijísimos' Luca Zidane y Manu Lama, al sentar Rubén a Ricard por la derecha. Ni en sus peores pesadillas podía imaginarse el entrenador lo que se le venía encima, más allá de que tratara de restar importancia a la amenaza de Soko.
Ya resultó sintomático que fuera Manu Lama y no Miguel Rubio quien ocupara el lado zurdo de la zaga, ni más ni menos que el favorito de Soko, aunque estuvo a punto de complicarse con una cesión casi suicida para Luca. El camerunés, no obstante, lanzó su primera carrera hacia el costado contrario y a punto estuvo de forzar una falta que habría supuesto tarjeta amarilla además en un roce de Rubio.
Ambos centrales fueron comiéndole poco a poco la moral a Soko, con anticipaciones permanentes lejos de la portería, haciéndose daño el velocista en un tobillo incluso tras una pugna aérea. Rubio ganó al delantero también por bajo y dentro del área al lanzarse a ras de césped y lograr el saque de puerta en la única escapada auténtica del africano en la primera parte; igual Fran Escribá tiene razón y no es tan lento como aparenta.
El portero del Huesca buscaba a Soko con desesperación a cada balón que atrapaba durante los ataques del Granada. Lo vigilaban en esas acciones entre Rubén Sánchez y Carlos Neva, sin contemplaciones. En una de esas coberturas, sin embargo, la rodilla derecha del capitán hizo un gesto extraño y tuvo que terminar pidiendo el cambio tras tratar de forzar. Ni cinco minutos estuvo Ricard sobre el campo como sustituto hasta su autoexpulsión por propinarle un rodillazo a Soko por detrás y sin balón al caer en su provocación.
El Granada trataba de resistir, con Miguel Rubio multiplicándose a ras de césped ante el granadino Hugo Vallejo y Tsitaishvili queriendo ganar incluso, aunque Gerard Valentín le burlara luego como a un cono tras su santo, hasta que Manu Lama cometió un desliz fatal. El central dejó volar un balón que se perdía hacia la línea de fondo pero Javi Hernández lo mandó al corazón del área, tras pisarle, y allí, tras palmeo de Luca y para impotencia de Rubio, Soko se sacó una chilena con la que ya se permitió fichar de vuelta a casa. Ni él ni nadie en El Alcoraz contaba con el gol de Lucas Boyé. No fue Miguel Rubio quien tuvo que pedir perdón esta vez.
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