Víctor 'Líbero' Díaz
Paco López resucita en el capitán una figura extinta en el fútbol actual al ejercer de centrocampista con balón y de central sin este ante la plaga de lesiones en la medular que dejaban a Meseguer como único mediocentro disponible
Como la necesidad agudiza el ingenio, Paco López se vio sin centrocampistas contra el Albacete y se inventó uno. Miró a los ojos a Víctor ... Díaz durante la semana e invocó en el capitán la figura del líbero extinta en el fútbol actual. Aunque en apariencia volvía a apostar por los tres centrales como solución a la plaga de lesiones en la medular al igual que en Yecla, la ubicación del sevillano desde los primeros minutos de partido demostró que algo había cambiado. Fue central sin balón y centrocampista con este. A los lados se desplegaban Óscar Melendo y Víctor Meseguer, más cómodo el catalán a la derecha que el murciano a la izquierda, a quien le conviene más una ubicación posicional para visualizar el juego con más claridad.
No se quedaron ahí las novedades tácticas de Paco López en su segundo partido al frente del Granada, el primero en Los Cármenes. Pese a su preferencia por jugar con dos delanteros, el valenciano dispuso a Jorge Molina como referencia y echó a José Callejón a la izquierda, bajo permanente amenaza de disparo, con Puertas reubicado a su banda natural tras la probatura en Yecla, sentado Perea. Los carriles, en cualquier caso, eran para Ricard Sánchez y Carlos Neva, con muchos centros al área. Tanto subían que incluso pudieron asistirse mutuamente en un contragolpe antes del descanso que el gaditano marró a pocos metros del gol.
Los minutos pasaban mientras el Albacete conseguía que no pasase nada para desesperación de Paco López, que precisamente había trabajado durante la semana las superioridades con balón. Intentaba templar sus ánimos su hermano Toni, responsable del balón parado tanto en defensa como en ataque al punto de levantarse a dirigirlo. Víctor Díaz, prolongación sobre el campo del entrenador como capitán y con aún más galones como líbero, incluso se dirigió a los hombres de ataque antes de la media hora para transmitirles calma e insistirles en el plan de partido mientras a su espalda los centrales intentaban salir con el balón jugado. La pesadilla de Oviedo a la que no sobrevivió Aitor Karanka permanecía aún reciente en el recuerdo pese al parón y el cambio en el banquillo. No hubo que revivirla.
Aunque casi todos los suplentes tocaron pelota al descanso, Paco López mantuvo su plan inicial durante cinco minutos tras el intermedio. Nada más pedir a Perea que se cambiase, y tras el gol anulado a Higinio, Callejón adelantó a los rojiblancos para romper la resistencia manchega. El entrenador frenó su cambio y dejó al albaceteño calentando de nuevo junto a Uzuni y Soro. Le dio entrada finalmente pasada la hora de juego en relevo de Víctor Díaz, despedido con aplausos el capitán tras su labor de líbero, que asumió Meseguer en su rol más natural.
Fue tras el segundo tanto obra de Ricard cuando Paco López avivó el carrusel de sustituciones. Sentó a Melendo y dio entrada a Bryan en la derecha para que el extremo rubricase con una jugada individual maravillosa su primer gol en la élite, al que siguió la carambola del cuarto. Nunca lo olvidará. Perea y Puertas se quedaron de volantes, como en Yecla, a los lados de Meseguer. En la última ventana de cambios recibieron descanso Jorge Molina, Puertas y Ricard con las entradas de Uzuni, Soro y Cabaco tras consensuarlo con el preparador físico Manu Poblaciones. El albanés se abrió a la banda izquierda, el maño hizo de interior y el uruguayo se amoldó al lateral derecho.
Paco López tuvo una noche feliz en su estreno en casa gracias en parte a las dos expulsiones en el Albacete. Seguirá dándole vueltas a su pizarra para afrontar retos más reales lejos del abrigo de Los Cármenes.
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