'Cacique' cambia lo justo
El nuevo entrenador mantiene el 4-4-2 por el que apostaba Paco López pero junta sus líneas, haciendo que este avance y se repliegue como un acordeón, con la particularidad de Manafá como extremo en su primera alineación
Debió sentirse decepcionado quien esperase una revolución de 'Cacique' Medina en su primer partido y viese luego al Granada en el Santiago Bernabéu incluso con ... el mismo sistema que con Paco López. El nuevo entrenador cambió lo justo, lo esencial quizás: juntar las líneas para que los que ahora son sus futbolistas defiendan y ataquen juntitos y sin fisuras, porque por separado hay más de uno que no da el nivel en Primera división. El resultado fue el esperado, porque no se podía esperar otra cosa, pero fue un comienzo.
'Cacique' Medina es un entrenador intervencionista de los que quieren que sus equipos sean como un acordeón: que avance y se repliegue con todos sus integrantes de la mano, como unidos por las cuerdas de Arrigo Sacchi en los entrenamientos. El uruguayo introdujo cuatro novedades, empezando por la de Raúl Fernández por André Ferreira bajo palos aunque solo le durase siete minutos y devolviendo la titularidad a Ricard Sánchez y Sergio Ruiz, además de la recuperación de Bryan tras su sanción en Mendizorroza. Solo se permitió una particularidad que rozase la extravagancia: Wilson Manafá como extremo, su antigua posición antes de convertirse al lateral.
No fue mala la puesta en escena del Granada en el Bernabéu, tranquilo al jugar desde atrás probablemente porque tampoco es el Real Madrid un equipo que presione con demasiada agresividad, hasta que Raúl Fernández dijo que no podía más tras hacerse daño en una acción en la que se vio exigido con los pies. Los rojiblancos parecieron desnortados tras la reanudación, incapaces de frenar a su poderoso rival por mucho orden que pretendieran conservar, y el gol de Brahim sentenció el duelo antes de la primera media hora. No hubo reacción de los del 'Cacique' hasta encajar el segundo ya tras el descanso, obra de Rodrygo, y el sesteo blanco permitió alguna incursión interesante que no valió para mucho en el Bernabéu pero quizás sí contra el Athletic en Los Cármenes, que es cuando realmente importa.
Ni las dianas del Real Madrid alteraron el posicionamiento del equipo de Medina, que ha machacado ese término hasta la saciedad en su primera semana en el cargo. El uruguayo resucitó a Njegos Petrovic y Shon Weissman a la hora de partido, anclado el serbio a la derecha por donde desfilaba Manafá, y no tardó en lamentar que se fundiese Bryan, a quien relevó con Álvaro Carreras como hacía su predecesor mientras Antonio Puertas daba respiro a Boyé. La tarde pareció ya echada.
Una vez consumada la visita al Real Madrid, al 'Cacique' Medina se le plantean distintas interrogantes de cara al duelo contra el Athletic del domingo que viene. La principal, hasta qué punto la baja por molestias musculares de Gonzalo Villar condicionó su planteamiento y el acople de un mediocentro de sus características, que tan bien venía rindiendo, en sus planes. Otra es si la apuesta por la doble punta con Boyé y Uzuni perdura o no. Por lo pronto, en el Bernabéu ya dejó sin minutos a Óscar Melendo, uno de los indiscutibles de Paco López, y a José Callejón pese a las ganas con las que aguardaba su reencuentro con el equipo que le hizo futbolista.
Tampoco podía hacer mucho más 'Cacique', que tendrá que esperar al mercado de invierno para acometer la revolución que probablemente le gustaría. Ahora es él quien hace suyo el desafío que Paco López planteó a la plantilla actual desde la mismísima pretemporada: llegar con opciones de salvación a enero.
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