Canteranos al rescate
Rodelas y Juanma contribuyen a enderezar la victoria del Granada contra el Eldense, que los rojiblancos habrían asegurado sin tantos apuros si Boyé y Uzuni hubiesen aprovechado antes dos centros magníficos del extremo granadino
Bien pudo inspirarse Fran Escribá en Hansi Flick cuando, mientras Los Cármenes echaba fuego y el Eldense dominaba como si fuera el recién descendido de ... Primera, decidió echar mano de Sergio Rodelas y el debutante Juanma Lendínez. Dos canteranos, de 19 años el granadino y 21 el jienense, respectivamente, en el peor momento posible del Granada en el partido tras desperdiciar una ventaja de dos goles nada más reanudarse la segunda parte pese a la vuelta de Oscar Naasei atrás. Los dos de una sola tacada, adelantando el extremo en concreto a Theo Corbeanu o a Reinier en un momento. Quedó más que justificado, y no solo por la victoria definitiva.
Juanma entró por Manu Trigueros y Rodelas, por Pablo Sáenz, cuya salida no impidió que fueran a reunirse hasta cinco futbolistas con pasado en el filial de incluir a Martin Hongla también. El granadino fue timorato a una primera porfía aérea, pero se creció a poco que vio al jienense circular el balón como si siguiera en el Recreativo y a un cambio de orientación suyo sacó un primer centro magnífico que ni Lucas Boyé ni Myrto Uzuni supieron descifrar. El renovado ímpetu rojiblanco mantenía imberbes pies de barro, no obstante, y Oscar flaqueó en un gol anulado a Juanto Ortuño que habría supuesto el de la remontada del Eldense.
Obligados tanto Juanma como Rodelas a achicar agua incluso de vez en cuando, amonestados muy rápido por un árbitro bravucón, el extremo fue haciendo suya la banda izquierda con otros dos envíos primorosos para Boyé y Uzuni que tampoco supieron aprovechar de cabeza. Hasta desde la esquina terminó poniéndolos antes del gol triunfal del albanés. El granadino llevó por la calle de la amargura a Fran Gámez, con caño incluido, aunque luego Brau le robara la pelota, y por ahí empezó el Granada a recuperar la fe en la victoria. Los pasos atrás del Eldense también obligaron a Oscar a asumir ciertas responsabilidades con balón que todavía le vienen grandes. Un error le bastó para asumirlo con inteligencia.
Poco de lo que pasó en la segunda parte pudo intuirse al descanso, por muy engañoso que fuera el resultado. Entró en razón Escribá y, cumpliendo con su palabra, devolvió a Oscar la titularidad que nunca debió perder para dejar a Ignasi Miquel en el banquillo. Como ya hiciera contra el Levante, el central ghanés de solo 19 años procuró no complicarse la vida lo más mínimo, apoyándose mucho en Hongla a su auxilio, ejerciendo el camerunés como una especie de hermano mayor sobre el campo. En esta ocasión, además, el entrenador le sometió a una nueva prueba al ubicarle en el lado izquierdo de la zaga para mantener a Miguel Rubio en la derecha. Independientemente de la juventud de Oscar, era lo que más sentido tenía desde el principio por su facilidad con el balón. Y es que el madrileño tiene los pies mucho más cuadrados.
Osado de más cuando irrumpió en el Recreativo Granada, Oscar viene desempeñándose con mucho más celo ahora con el primer equipo quizás bajo la advertencia del propio Escribá. La concentración manifiesta en su gestualidad, de hecho, empieza a emparentarle con el legendario Allan Nyom. Sobrado en las carreras, permitiéndose incluso algún quiebre sin balón corriendo hacia su propia portería, el zaguero sí sufría más en algunos duelos aéreos sobre todo.
Nada pudo hacer, de todas formas, en ninguno de los dos goles que devolvieron el empate al marcador. En ambos quedó peor parado Miguel Rubio, con inestimable colaboración de Diego Mariño también. Por fortuna, aparecieron los canteranos al rescate.
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