Piatkowski en el muro
El polaco debuta con maneras de GEO en el Villamarín, todo un supersoldado para frenar las acometidas de los rivales, pero sus buenas acciones defensivas no bastan para impedir que el asedio del Betis se lleve el derbi andaluz
Quiso la casualidad que Kamil Piatkowski debutase con el Granada el día que la Policía Nacional celebraba 200 años y, quizás motivado, el polaco mostró ... maneras de GEO en la zaga. Un supersoldado propio de una unidad de élite especializada en operaciones de alto riesgo, como para los rojiblancos lo era puntuar en el Benito Villamarín y, en definitiva, su permanencia en Primera división. A este equipo le hacían falta tipos como él o Bruno Méndez que sean capaces de jugarse su integridad física con tal de que un balón o un rival no les supere y ahora al fin los tiene. Aunque su resistencia no bastó en el Villamarín, Piatkowski, «fuego que arde contra el frío», integró allí la Guardia de la Noche rojiblanca por esa noche y todas las que estén por venir, como en Juego de Tronos.
Y es que el primer partido de Kamil Piatkowski en España no fue tan plácido como lo fueron sus primeras horas en el país, agasajado por un cubo de cervezas 1925 en su hotel aunque fuese para su vídeo de presentación, pero él estaba preparado. Al polaco le tocó ponerse al mando de todo un asedio sobre la portería de Augusto Batalla en el que intentó imponerse como pudo. El balón fue un objeto extraño para él durante buena parte del partido, sin olerla en los diez primeros minutos y solo tímidamente desde entonces. Con todo, a él lo habían sacado ahí para defender y en muchas acciones consiguió imponer su corpachón dentro del área para obstaculizar disparos rivales.
A la derecha de Ignasi Miquel, que sigue indiscutible por unas razones o por otras por más centrales que fichen, Piatkowski procuró complicarse lo mínimo con la pelota en los pies y hacerles ver a sus delanteros que los tatuajes no son solo por adorno. Solo la tarjeta amarilla que minutos antes vio su compañero Bruno Méndez le libró de la amonestación cuando a los 25 entró duro y abajo al recién entrado Diao, como si entre el polaco y el uruguayo quisieran ir lesionando a todos los extremos que pudiera sacar Manuel Pellegrini. Piatkowski, a quien Alexander Medina emparejó con Willian José en los saques de esquina, mostró que es uno de esos centrales que persiguen sus marcas hasta el mismo retrete.
Animado también con el balón a poco que vio que su equipo conseguía mantener la compostura a base de dejar correr el reloj, Piatkowski jugó con precisión cuando quiso hacerlo hacia adelante para romper líneas. Se vino demasiado arriba, eso sí, en un robo tras el que quiso armar un ataque estrellándose ante el futbolista del Betis que lo esperaba tras aturulllarse.
La otra novedad en la alineación del 'Cacique', también obligada, fue la de José Callejón. El motrileño volvió a ser titular once jornadas después como teórico extremo izquierdo por la baja de Álvaro Carreras rumbo al Benfica tras romper el United su cesión. Muy responsabilizado para auxiliar a Neva con Luiz Henrique y Ruibal mientras Bryan se buscaba la vida por la derecha, bastó que Bruno Méndez viese su amarilla para que ambos intercambiasen los costados. A la vuelta del descanso, sin embargo, volvieron a alternar, algo que duró lo que tardó en lesionarse Ruibal y en ingresar el canterano Busto por él. Bryan pasó a amenazar el flanco que parecía más vulnerable.
Para Callejón se trataba de toda una reválida. Solidario en los esfuerzos e inteligente para dar continuidad a las jugadas, asumió de inicio el lanzamiento de la estrategia sin el acierto que Bryan sí tuvo contra el Cádiz. La primera falta que botó, de hecho, cayó muerta a la misma frontal del área rival mientras sus compañeros esperaban el envío dentro. Ya no volvería a probar suerte y, cada vez más errático, dejó el partido al poco de pasar la hora sin ganar mucho crédito.
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