El 'cemento' de Diego acabó convertido en hormigón
Su intensidad en el centro del campo ha sido una de las claves de este Granada
Rafael Lamelas
GRANADA
Martes, 18 de junio 2019, 01:38
Se le pidió una definición a Diego Martínez sobre él tras anunciarse su llegada y el entrenador acertó a decir que Fede San Emeterio era ... como el cemento. Aquello se convirtió en un apodo, aunque quizás se quedó corto, porque este centrocampista cántabro es más duro que el hormigón. Su intensidad en el centro del campo ha sido una de las claves de este Granada. Un prodigio que ha madurado en ciudad y que, a sus 22 años, tiene todo el futuro por delante. La lástima para el interes nazarí es que sus derechos económicos no le pertenecen, pues ha pasado esta temporada aquí en préstamo por parte del Real Valladolid y los blanquivioletas cuentan con él.
San Emeterio pertenece a esa camada de futbolistas horneada en el Sevilla Atlético que ya había trabajado con el míster gallego en el filial hispalense. Diego Martínez tuvo que contribuir a la causa de los fichajes tirando de contactos anteriores. De alguna manera, daba su aval para estas contrataciones. No se equivocó. En su caso, San Emeterio era un baluarte para el centro del campo que tardó poco en tener una magnífica sincronización con otro mediocentro, Ángel Montoro. 'San Eme' asumió las labores de mayor desgaste, en cuanto a recuperación de balón y ayuda a los compañeros a la hora del repliegue, liberando en ocasiones al valenciano de tareas gregarias, que así pudo sacar su faceta más creativa a la luz. Jamás se estorbaron y se complementaron a la perfección. Cuando uno de ellos faltó durante la campaña, el equipo se resintió sobremanera.
Su periodo estival comenzó en el primer equipo del Sevilla, haciendo la pretemporada con el conjunto que entonces dirigía Pablo Machín. El panorama de San Emeterio era desalentador. De hecho, el técnico le estuvo probando hasta de central. Fue entonces cuando su representante empezó a estudiar opciones de salida. Así se produjo una operación a tres bandas que concluyó con su aterrizaje en la casa rojiblanca. El Valladolid, recién subido a Primera división, asumió su pase y lo cedió de inmediato al Granada con una opción de compra de dos millones de euros. Para aplicarse a final de curso era necesario que se cumplieran dos supuestos: el descenso de los pucelanos y el ascenso de los nazaríes. La permanencia de los blanquivioletas invalidó la posibilidad y su cláusula actual ha pasado a 12 millones para cualquier interesado.
San Emeterio es reflejo de la evolución de este colectivo. Por momentos, ha impresionado por su despliegue físico e inteligencia táctica. El compromiso le va de serie, pero con su voluntad ha ayudado a que este Granada se supere en cada fase del campeonato, como trasladó con su gol en Son Moix. Se integró en la dinámica de grupo y ha cautivado a la afición por dejarse siempre el alma sobre el terreno de juego. De la hormigonera salió un pivote macizo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión