Un Celta de Vigo con la pólvora mojada

Los gallegos están viviendo uno de sus peores inicios de temporada. El único precedente de una sola victoria, que obtuvo en su visita a Almería, se remonta a la 43/44. Uno de los motivos por lo que sus aficionados aún no han podido celebrar cómo su equipo se impone al rival es porque no marca goles. Con cinco, es el menos realizador de La Liga junto con el Mallorca. Su producción ofensiva, en tiros a puerta por encuentro, está pareja con la de la 22/23, (4,23). Sin embargo, su eficacia, que ya fue baja merced a un 26% de acierto, está ahora por los suelos, con un 22%. En una competición en la que el promedio está en el 31%, solo el Rayo está peor con un 19%. Fruto de ello, es el segundo equipo que más pases precisa para hacer un gol (331).

En este sentido, merece capítulo aparte Iago Aspas, el jugador llamado siempre a ejercer de salvador de los celtarras. 'El príncipe de las bateas' acumula 44 lanzamientos, catorce a puerta, y solo un gol. Su desatino es tal que también ha errado dos penas máximas. Por el contrario, en la 22/23, doce goles de 31 tiros a puerta. A sus 36 años, puede parecer que su luz se apagó, pero no es así. Después de Isco (51) es el jugador con más pases clave de la Liga (49), en una proporción superior a la de la 22/23. También es el que más acciones de creación de tiros, con 89.

Las salidas en temporadas precedentes de Brais Méndez y Gabri Veiga le han ubicado en otro rol. En la pasada campaña fue el jugador que más toques dio en área rival (145), casi doblando al segundo mejor de sus compañeros. Mientras, en la presente, Larssen ya realiza más mientras que Bamba está casi a la par. El problema real radica en que no puede seguir lanzando el córner y rematándolo.

En faceta defensiva, el Celta está recibiendo un tiro a puerta más por encuentro y un 34% de acierto no es un mal número. El contratiempo para los de Benítez se presenta en el cuándo. Los gallegos son el conjunto con más goles en contra del minuto 70 al final (doce, casi la mitad de los que encajan). Le ha costado la friolera de quince puntos para tan solo recuperar tres. Después del Cádiz (-14) es el conjunto con peor balance de goles en contra y a favor en las segundas partes (-11). Y es que después del entretiempo se le ha ido gran parte del botín. De los seis encuentros en que se adelantó, solo ganó uno, empató dos y perdió tres.

Del otro lado, suma ya 45 partidos en que el rival se puso por delante y no volteó el marcador: diez empates y 35 derrotas. Fue en la victoria en el Nou Camp en la 21/22. La última vez que lo consiguió como local se remonta al 29 de noviembre del 2020, precisamente ante el Granada (3-1).

Paradójicamente, sus dos únicas porterías a cero son como visitante. Representa un 13%, su peor promedio en sus 19 temporadas en la élite de este siglo. En ese sentido cabe apuntar un cambio de rumbo. Las dos son en las últimas salidas –a Valencia y Vallecas– y posteriores a la de San Mamés, donde perdió encajando cuatro goles y recibiendo doce tiros a puerta.

Desde ahí, Rafa Benítez parece haber apuntado a un modelo de partidos más controlados. En los tres encuentros siguientes, solo le ha hecho cinco lanzamientos al arco y ha hecho diez. No ha encajado ningún gol en el tramo final e incluso tampoco en las segundas partes.