Para el Celta de Coudet, la Liga empieza ahora

Los primeros partidos del Celta del 'Chacho' –apodo del preparador sudamericano– ya dejaron claro su acertado intervencionismo desde el banquillo. El equipo mejoró pronto, se colgó la medalla de ser el primero en remontar un partido al Granada de Diego Martínez y empezó a sumar de seguido, abandonando los puestos de peligro y empezando a instalarse en una abierta lucha por Europa. Hasta que el Real Madrid paró la música y Aspas cayó de la batea lesionado.

Los gallegos se enfangaron entonces en lo psicológico, viéndose incapaces de sumar sin su estrella. No ayudó la humillante eliminación copera a manos de un Ibiza que les echó con un 5-2. El Villarreal ahondó en la herida con una segunda goleada esa misma semana (0-4 en Vigo). Con el empate ante el Eibar, aún sin el '10' haciendo diabluras, se empezó a retomar cierto pulso en defensa que ahora querrán certificar en una plaza difícil como Los Cármenes. El objetivo es, liderados de nuevo por su estandarte, centrarse en conseguir la permanencia. No hay excusas sin la Copa de por medio.

Para conseguirlo, todos deben arropar la idea de Coudet y el talento de Iago Aspas. Empezando por un Rubén Blanco que debe asentarse como santo y seña de la defensa celeste, y acabando por una generación a la que se exige un paso adelante: Brais Méndez, Denis Suárez, Fran Beltrán y Santi Mina deben corregir de una vez por todas su intermitencia y aferrarse a las riendas del equipo para crecer con el 'Chacho'.

El técnico argentino, por su parte, ha incidido sobre el mercado de invierno, pidiendo un lateral zurdo –llegó Aarón Martín– y a su compatriota Solari, sobrino del madridista Santiago. Coudet está tratando de moldear el equipo a su imagen, su carácter y su decálogo deportivo. Se bajarán de la 'Chachoneta' otros como Okay, Olaza o Jorge Sáenz. La segunda vuelta es, casi, una Liga nueva con todo por alcanzarse.